Género y brecha salarial: un camino por construir

Por: María Gloria Cayulef

Académica Universidad Central sede La Serena

 

 

 

Hay un hito que marca la historia socio-política del país nórdico que se ha situado como clave, el llamado “Día Libre de las Mujeres”, ocurrido el 24 de Octubre de 1975, día en que las mujeres islandesas pararon el país como protesta frente a la subvaloración de su rol en la sociedad, y las condiciones radicalmente disimiles vividas, cuyos efectos son los que estamos comentando.

Ahora bien, si miramos la realidad chilena ¿será posible observar que se encuentra en la misma dirección? Según el mismo Foro Económico Mundial, Chile se ubica en 2º lugar de mayor desigualdad de Latinoamérica, que de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, se traduce en 31,7% de diferencia en los sueldos percibidos por mujeres y hombres.

Y si bien la legislación nacional señala en su ley 20.348, artículo 62, que el empleador debe dar cumplimiento al principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres, queda un vacío al considerar que “no serán arbitrarias las diferencias objetivas en las remuneraciones que se funden, entre otras razones, en las capacidades, calificaciones, idoneidad, responsabilidad o productividad”, todo lo cual puede caer en juicios asociados a los roles de género y la diferencia sexual en el trabajo, que se considera “objetiva” para quienes entienden como verdadera/natural la racionalidad patriarcal hegemónica, y que por tanto no conducen a mejoras laborales para las mujeres.

De este modo, no basta con plantear la igualdad de remuneraciones, en una suerte de declaración de intenciones, sino urge afrontar la problemática de manera transversal y apuntando a cambios estructurales complejos. En este sentido, el rol de la ciudadanía, de las colectividades se torna no sólo pertinente, sino fundamental.

¿Será necesario que tengamos nuestro propio “día libre”?

 

 

 

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