Gonzalo Núñez Román
CEO Grupo Air y Emprendedor Endeavor
Hoy nuestra especie se encuentra enfrentando una importante batalla entre el desarrollo y la sustentabilidad. El medio ambiente y la salud de las personas están clamando por mayor cuidado, por lo mismo, para pensar en un futuro distinto tendremos que cambiar algunos paradigmas actuales de desarrollo. Hoy desarrollo y sustentabilidad se empiezan a amalgamar para, esperamos, no separarse nunca más. Tal es el deber que nos asiste.
Uno de los tantos desafíos que tenemos por delante, es ser capaces de reducir la contaminación de nuestro aire, aire que respiramos día a día.
Si nos enfocamos en el material particulado en suspensión, este tiene efectos nocivos en nuestra salud. Una de las enfermedades más conocidas a nivel minero, de carácter irreversible y mortal es la silicosis, la cual hace que se pierda progresivamente la capacidad respiratoria, al irse fibrosando el pulmón por inhalación prolongada de polvo con sílice cristalina. Junto a ella, encontramos varias otras afecciones: enfermedades renales, EPOC, bronquitis, cáncer pulmonar, irritación en la piel y ojos, entre otras tantas.
El polvo en suspensión, aparte de generar problemas en nuestra salud de manera directa, afecta a nuestro ecosistema en aspectos un tanto menos conocidos, como son el aumento en la tasa de deshielo de los glaciares. Hoy este tema resulta sumamente relevante en el contexto de sequía en que estamos como país y planeta, para el 2025 dos tercios de nuestra población mundial estará en crisis hídrica, por lo que el cuidado de nuestras reservas toma un rol relevante.
El polvo en suspensión, que termina depositado sobre los glaciares, cubre su superficie refractaria, haciendo que los rayos del sol no reboten, generando así un aumento en su tasa de deshielo.
Hoy, en lo específico, contamos con tecnologías desarrolladas por emprendedores innovadores que permiten mitigar el material particulado en minería. Estas tecnologías sin duda se irán perfeccionando con el pasar del tiempo, como a su vez, serán fortalecidas por los nuevos desarrollos que se realizarán dentro del campo de la innovación. Sin perjuicio a la alta importancia que tienen estas tecnologías de mitigación y el cambio cultura que debe existir para la aceptación de nuevos prototipos, existe otro paso fundamental: La gestión. Para ello, debemos conocer a cabalidad el comportamiento de este contaminante, para luego, ser capaces de hacer conversar a las diferentes tecnologías disponibles con la operación y desde ahí optimizar procesos que nos puedan colaborar dentro de este desafío.
Como buen desafío, es exigente y nos demandará cambiar estructuras mentales que han direccionado nuestro actuar. Exigirá altos grados de comunicación y coordinación entre todos los actores en pos de un mismo objetivo.
La solución de este desafío, en el rubro minero, generará frutos positivos por todos lados. No sólo contribuiremos a un mayor cuidado de las personas y el medioambiente, sino que también obtendremos beneficios importantes, entre los que se encuentran: un mayor resguardando de los activos mineros; disminución de horas hombres por mantención y aseo industrial; áreas de trabajo más seguras y con mejor visibilidad; y por si esto fuera poco, mejoramiento en la producción, al ser este polvo minero en suspensión rico en minerales. En resumen un desafío cuya solución sólo generará beneficios.
Hoy nuestro país, situado en el extremo austral del mundo, tiene la posibilidad de dar un ejemplo al mundo entero, generando modelos y aplicando una producción minera crecientemente eficiente y sustentable.