Banca Ética apunta a reducir las brechas e impulsar la igualdad de oportunidades en medio de los efectos económicos de la pandemia

El trabajo que viene realizando este proyecto bancario, que en Chile opera a través del crowdlending Doble Impacto, busca combatir la desigualdad, esto al movilizar inversiones hacia la construcción de hábitats sostenibles, proyectos de inclusión social y de salud integral.

Un informe reciente de Cepal advierte sobre cómo la desigualdad social, la precariedad, la pobreza y las condiciones de vida son factores que potencian el efecto de la pandemia en la población más vulnerable de América Latina.

De esta situación, por supuesto que no escapa Chile, hecho que queda de manifiesto en un documento de 126 páginas en que la OCDE aborda las dificultades económicas que se pueden presentar por los coletazos del Covid. “Muchos hogares tendrán que hacer frente a una reducción drástica de los ingresos con un menor colchón financiero que la amortigüe, lo que les podría hacer caer en la pobreza”, es parte de lo que dice el texto.

Pues bien, en ese sentido, el trabajo que viene realizando Banca Ética a través del área de Desarrollo Social apunta precisamente a disminuir las brechas que, tras un año de pandemia, parecen mostrarse cada vez menos estrechas.

Desde esta organización, la subgerenta comercial del área de Desarrollo Social, María Fernanda Cerda, entrega algunas luces de lo que ha sido y será el trabajo de Banca Ética durante 2021 en el sentido antes descrito.

“Queremos seguir trabajando fuertemente con el sector de hábitat, principalmente en la construcción de viviendas sociales y regeneración urbana. También esperamos profundizar el sector a través del área de ‘diseño y planificación’, donde podemos abordar empresas de arquitectura, consultorías técnicas, servicios de ingeniería, entre otras. Asimismo, queremos apoyar y gestionar financiamientos para diferentes Fundaciones u Organizaciones sin Fines de Lucro (OSFL) que trabajen en reducción de brechas, inclusión social, comunidades, y en organizaciones que promuevan la igualdad de oportunidades, así como en el sector de la salud”, cuenta María Fernanda.

Consultada por los territorios en los que se pretende dar el énfasis mencionado, dice que se trata de las regiones Metropolitana, Coquimbo, Maule, Biobío y Los Lagos.

Dicho lo anterior, María Fernanda Cerda sostiene que el propósito es seguir financiando proyectos que generen un impacto positivo en las personas y la comunidad, de manera de promover la igualdad de oportunidades y reducir las brechas.

Para graficar de mejor manera cómo es el trabajo de Banca Ética con las empresas, recuerda que “el gobierno, durante el año 2020, anunció un plan de inversión de 34.000 millones de dólares hasta 2022, lo que incluye dentro de todos los proyectos soluciones habitacionales para 412.000 familias, centros de salud, construcción de grandes parques entre otros”. Entonces, respecto de aquello explica que “entendemos que las constructoras que trabajan en estos proyectos necesitarán el apoyo de capital de trabajo, inversión de maquinarias u otra necesidad de financiamiento para poder realizarlos, por lo que queremos aportar en el sector gestionando financiamientos a la medida que se adapten a la realidad de las empresas y de los proyectos adjudicados”.

Los resultados del área de Desarrollo Social de la Banca Ética

El trabajo del área de Desarrollo Social de Banca Ética, que en Chile se materializa a través de la gestión de financiamiento que ejecuta la organización Doble Impacto, ha conseguido movilizar un total de recursos por $10.081 millones, de los cuales un 63% se dirigió al hábitat, un 33% a la inclusión social y un 4% a la salud integral y calidad de vida.

Con relación al impacto en la vida de las personas, se destaca la mejora o construcción de 5.179 viviendas sociales, el acceso y rehabilitación de 4.650 personas y la mayor inclusión social para 3.287 personas.

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