La falta de apetito, sequedad de la boca, fatiga, dificultad para concentrarse y dolor de cabeza son algunos de los síntomas que provoca una incorrecta hidratación. Sodexo entrega recomendaciones para consumir el agua necesaria para mantenernos hidratados y saludables.
Tener una buena hidratación es algo esencial sin importar el momento del año. Nuestro cuerpo se constituye entre un 65% a 70% de agua, la cual cumple un rol sumamente importante al momento de realizar reacciones químicas vitales, tales como absorber nutrientes, regular la temperatura de nuestro cuerpo y facilitar los procesos cognitivos, entre muchísimas otras tareas.
Sin embargo, en pleno febrero y con las altas temperaturas que trae el verano, es común que perdamos más líquidos y electrolitos a través de la transpiración, lo que nos vuelve más propensos a la deshidratación. Síntomas clásicos de la falta de agua en el cuerpo incluyen: falta de apetito, sequedad de la boca, fatiga, dificultad para concentrarse y dolor de cabeza.
En cambio, los beneficios de una buena hidratación son múltiples, por ejemplo, generar una adecuada digestión y absorción de los nutrientes, que los riñones cumplan debidamente su función de eliminación de residuos a través de la orina, mantener el cerebro alerta gracias a la recepción de sangre oxigenada hacia las células y mantener la suavidad de la piel y su elasticidad.
Usualmente, la recomendación para un adulto es ingerir en promedio entre 6 a 8 vasos de agua diarios, los que pueden llegar incluso a 12 en caso de personas que realicen actividad física intensa. Además, hay que tener en consideración que el té, café, líquidos gasificados, bebidas y jugos azucarados no reemplazan el agua, ya que al contener diferentes componentes muchas veces el cuerpo no logra absorber correctamente el líquido.
Por ello, la nutricionista de Sodexo y Coordinadora del Programa Equilíbrate, Elizabeth Luna, da algunos consejos de cómo tener una buena hidratación en verano, especialmente para aquellas personas que tienen dificultad para consumir agua pura:
- Incorporar trozos de frutas cítricas o hierbas: Una forma de volver más atractivo el beber agua sin que altere su correcta absorción es agregar rebanadas de pomelo, limón o naranja y refrigerarla. Otra alternativa son las hojas de menta, salvia u otra hierba natural, que se pueden sumar directamente al agua o a través de cubos de hielo.
- Siempre salir con una botella de agua: El tenerla a mano facilita el recordatorio de su ingesta, especialmente en días ajetreados donde es posible que nos movamos bastante y perdamos continuamente líquido.
- Tomar agua incluso si no se tiene sed: Lo ideal es adelantarse a esta sensación, pues sentirse sediento forma parte de uno de los síntomas de deshidratación. Por ello, se recomienda ingerir agua regularmente a lo largo del día.
- Consumir frutas y verduras: Alimentos como el pepino, la papaya, sandía y tomate son ricos en líquidos y tienen un importante valor nutritivo, los cuales se pueden servir como licuado o ensalada.
- Descargar aplicaciones o tener alarmas que monitoreen el consumo de agua: Cada vez existen más alternativas tecnológicas, como aplicaciones de celular o smartwatch, que nos pueden ayudar a regular nuestro consumo durante el día, hasta que se convierta en un hábito.
- Tomar un vaso de agua antes y después de cada comida: Otra forma de incorporar el hábito, es tomar un vaso de agua (200ml) antes y después del desayuno, almuerzo, once y cena, esto ayudará además a cumplir la cantidad mínima recomendada de agua al día.
Seguir estas simples recomendaciones puede generar un gran cambio a largo plazo en cómo nos sentimos con nuestro cuerpo, a estar más activos e hidratados.