Juan Manuel Cáceres escribió un guión audiovisual sobre el caso de Guillermo Vargas, joven estudiante ejecutado extrajudicialmente por los militares mientras participaba de una protesta en la Universidad de Atacama en 1984, en mientras que Osman Cortés, en su novela “Las muertes perpetuas” aborda al movimiento estudiantil de la época en la UDA, la protesta y la ejecución del joven estudiante. Jessica Acuña, en tanto, también investigó y escribió una crónica sobre este joven, su muerte y el caso judicial en el libro sobre víctimas graves de violaciones a los derechos humanos en Atacama “Viven en nuestra memoria”.
Los tres coinciden en la preocupación respecto al recurso de protección interpuesto por el director del Hospital de Copiapó que solicitó el retiro de la nota publicada por el medio de comunicación “El zorro nortino” que señalaba el nombramiento en un cargo de jefatura al interior del recinto, de una familiar cercana de Guillermo Riveros Rojas, procesado por el crimen del estudiante por ser el oficial a cargo de la operación dictado por el Ministro Hormazábal en julio del año 2019, y que actualmente está ad portas de su sentencia. Los escritores indican que esta medida atenta contra la libertad de expresión.
Osman Cortés indica que “se trata de uno de los crímenes más cruentos, la defensa legal de la funcionaria nombrada reclama por el nexo que se ha hecho entre ella, su esposo y el crimen. Indudable que no hay vinculación de ella con el crimen, pero sí con el presunto criminal. No hay forma de desbaratar el nexo conyugal” indicó.
Al respecto, Jessica Acuña opinó que “cuando investigamos lo hacemos como una forma de fortalecer la democracia. Es absolutamente lícito hablar de la vida privada de las personas que son nombradas en un cargo de dirección, porque deben como funcionarios públicos de alta dirección tener un compromiso con los derechos humanos en todos sus aspectos, incluidos los de violaciones a los derechos humanos, el derecho a la honra versus el de la libertad de expresión ambos están regulados por la ley de prensa que en este caso no se está invocando” indicó.
Mientras que Juan Manuel Cáceres expresó que “hace ya más de 15 años atrás propuse al Fondo Audiovisual del entonces Consejo de la Cultura escribir sobre el asesinato de Guillermo Vargas. porque creía importante que el arte desde su quehacer, aportara también a la construcción de una memoria colectiva que nos permitiera decir que nunca más el Estado se haría parte en torturas, desapariciones y asesinatos. Lo que está en el centro del debate, definitivamente no es del derecho de cada quien de tener un buen trabajo, esto se respeta y se valora. De lo que estamos hablando es nada más y nada menos que de Derechos Humanos y una idea fundamental para acercarnos a ser una sociedad que respeta y los valora es que cualquier servidor o servidora pública declaren un irrestricto apego al enfoque de derechos, tanto en su función pública como en su actuación privada, para que no vuelva a ocurrir violaciones a los derechos humanos”.