Samuel Fernández
Académico Facultad de Derecho UCEN
Fue electo Chile al Consejo, renovado en un tercio por tres años y compuesto por 47 Estados, por la Asamblea General de la ONU, con 144 votos (Grupo A. Latina y el Caribe), junto a Costa Rica con 134 votos. No se reeligió a Venezuela (88 votos). Los otros Grupos Regionales, eligieron a: Sudáfrica y Argelia (África); Bangladesh y Maldivas (Asia); Georgia y Rumania (Europa Este); Bélgica y Alemania (Europa Occidental). Le compete la promoción y protección de los Derechos Humanos en el mundo. Una gran responsabilidad pues no siempre lo han integrado los más idóneos, como la propia Venezuela, Cuba, Irán y otros que, lejos de cumplir y hacer cumplir estos derechos esenciales, tienen graves acusaciones de violarlos. Un desprestigio para el Consejo y la Organización, que muestra signos de corrección. Postulan para protegerse más que fomentarlos.
Ha sido un logro para nuestra política exterior, que priorizó dicha postulación y postergó otras en su obtención. Coincide con nuestras preferencias gubernamentales, si bien habrá que tomar decisiones y clarificar posiciones, en temas de alta sensibilidad política y humanitaria, especialmente ahora, en que se confrontan las grandes potencias y se agrupan los países en bloques que cuestionan y desafían el sistema internacional, particularmente el mantenimiento de la paz. Habrá presiones políticas y de todo tipo, y deberemos decidir entre mantener posiciones de principio, o actuar caso a caso y con pragmatismo, según nuestros intereses. Nada fácil, pues vendrán múltiples ocasiones para demostrarlo.
Igualmente, habrá tensiones locales, de apoyo o rechazo a regímenes regionales y mundiales que no desean integrar la lista de acusados de violar los derechos fundamentales, y que también buscarán el apoyo o condena, produciendo divisiones inevitables. Una vez más nuestra acción exterior y su posicionamiento interno, serán puestos a prueba. La defensa de los Derechos Humanos debe primar, sin distinciones.