En los últimos años, el cáncer colorrectal ha aumentado a nivel mundial y en Chile el panorama es similar. Según cifras de GLOBOCAN 2020, ese año se diagnosticaron más de 6.200 casos nuevos, con datos similares en ambos sexos. Esto lo ubica en el segundo lugar de tipos de cáncer más habituales a nivel nacional, luego del cáncer de próstata y el de mama.
El cáncer de colon y recto es uno de tipo digestivo que últimamente ha tenido un mayor aumento de casos en Chile, superando incluso al cáncer de estómago, que sigue siendo la primera causa de muerte por cáncer en nuestro país. Según estimaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS) se proyecta que para el año 2030 esta enfermedad tenga un incremento anual de 2.2 millones de casos y 1.1 millones de muertes.
Actualmente, el cáncer colorrectal ocupa el tercer lugar de causa de muerte. Situación que podría cambiar si estos nuevos casos fueran diagnosticados y tratados a tiempo, se estima que más del 90% podrían revertirse. Así lo destaca el Dr. Jorge Gallardo, jefe de Oncología de Clínica Las Condes. “Si el cáncer colorrectal lo detectamos en etapa 1 existe entre 90 y 95% de posibilidad de curación, si lo detectamos en etapa 2 aproximadamente un 80%, si lo detectamos en etapa 3 un 60% y en etapa 4 son muy pocos los pacientes que se pueden curar”.
Esta enfermedad representa el 10% de los cánceres diagnosticados en el mundo. Es el segundo más común en mujeres y el tercero en hombres. Si bien, la palabra cáncer suele tener una fuerte connotación negativa, es importante saber que en el caso del colon y recto ésta es una enfermedad tratable y con buen pronóstico: un 90% de los pacientes diagnosticados precozmente se puede curar.
Factores de riesgo
“El cáncer colorrectal es más frecuente en países desarrollados, o en vías de serlo, y el principal factor de riesgo es la edad: más del 90% de los casos se dan en mayores de 50 años. Se asocia con el sedentarismo, obesidad, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol y una alimentación baja en frutas y verduras o alta en grasas”, destaca el especialista.
A esto se le suman los siguientes factores:
- Dieta con bajo contenido de fibra y alto contenido de grasas.
- Las personas obesas tienen un mayor riesgo de cáncer de colon y un mayor riesgo de morir por esta enfermedad en comparación con aquellas consideradas de peso normal.
- Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.
- Radioterapia al abdomen. La radioterapia para tratar casos de cáncer anteriores aumenta el riesgo de cáncer de colon.
- Personas sobre 50 años. Si bien se puede diagnosticar a cualquier edad, las personas de edad más avanzada son las de más riesgo.
- Antecedentes personales y familiares de cáncer de colon, colorrectal o pólipos. Si el paciente o su familia directa ha tenido cáncer de colon o pólipos no cancerosos en el colon, tiene mayor riesgo de padecer cáncer de colon en el futuro.
- Afecciones intestinales inflamatorias. Las enfermedades inflamatorias crónicas del colon, como la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn, pueden aumentar el riesgo de cáncer de colon.
- Síndromes hereditarios que aumentan el riesgo de cáncer de colon. Los más frecuentes son poliposis adenomatosa familiar (PAF) y el síndrome de Lynch o cáncer colorrectal hereditario no polipósico (HNPCC).
“Como factores adicionales, la obesidad es claramente un factor importante para el cáncer de colon y el de recto. Es una conjunción de factores que se van sumando. También observamos que aquellos lugares donde se consumen carnes que están muy quemadas, carbonizadas y negras cuando les afecta directamente el fuego, son altamente dañinas, 1 kilo de carne en esas condiciones equivaldría a fumarse 600 cigarrillos”, agrega el Dr. Jorge Gallardo.
Si bien existen factores ambientales y genéticos. En ciertas ocasiones estos últimos son prevalentes lo que produce que la enfermedad se manifieste a una edad muy temprana. Sin embargo, existen otros factores que, conjugados con el medio ambiente, facilitan la aparición de cáncer en el organismo. No es una causa directa pero sí se potencian, describe el jefe de Oncología de Clínica Las Condes.
Principales síntomas:
Los pólipos que originan esta enfermedad, al ser pequeños en las primeras etapas del cáncer, ocasionan pocos síntomas o ninguno. “Por eso es la insistencia en efectuar exámenes preventivos, ya que las pruebas de detección permiten identificar y extirpar los pólipos antes de que se conviertan en cáncer”, indica el Dr. Jorge Gallardo.
No obstante, el especialista recomienda estar atento a estos signos, ya que podrían corresponder a un eventual cáncer de colon. Y de tenerlos, consultar con un especialista lo antes posible:
- Cambios prolongados en los hábitos intestinales: diarrea o estreñimiento, o cambio en la consistencia de las heces.
- Sangrado rectal o sangre en las heces.
- Deposiciones muy delgadas, especialmente si el aspecto previo era de deposiciones gruesas.
- Molestia abdominal persistente: calambres, gases o dolor.
- Sensación de que el intestino no se vacía por completo, sensación de tener que defecar sin que pueda evacuar nada.
- Debilidad o fatiga.
- Pérdida de peso sin causa aparente.
- Sensación de sudoración nocturna profusa.
- Náuseas o vómitos.
Métodos de prevención:
Lo más importante para su prevención son los exámenes médicos que permite su detección. En el caso de las personas sin antecedentes o factores de riesgos, se debe realizar después cincuenta años, mientras que los personas con antecedentes familiares de cáncer, deben considerar hacerse las pruebas d detección desde los 45 años, (esto ya está mencionado quizás sacarlo)
Los exámenes preventivos son:
- Test de sangre oculta en materia fecal.
- Colonoscopía completa.
Si los resultados son normales, se deben repetir cada 5 a 10 años. Al contrario, si se encuentran procesos inflamatorios, pólipos u otros, se deben efectuar cada 1 a dos años.
De colon irritable a cáncer de colon: ¿mito o realidad?
“No se pasa de colon irritable a cáncer de colon”. Así de enfático fue para responder el jefe de Oncología de Clínica Las Condes.
No obstante, destacó que cuando el paciente sufre de colon irritable, cuesta mucho más diagnosticar precozmente el cáncer del mismo órgano. Esta enfermedad al tener síntomas poco específicos en una etapa precoz o premaligna hace que sea muy difícil su detección. Por lo que puede convertirse confundirse con malestar estomacal a raíz de colon irritable. Sin embargo, cuando el tumor ya está avanzado la persona presenta baja injustificada de peso, sangre en las deposiciones y cólicos.
“Un paciente con colon irritable puede tener alteración del tránsito, cambio en el hábito intestinal, dolor abdominal, síntomas que también puede tener un paciente con cáncer de colon, pero pasar de un colon irritable a un cáncer de colon no se puede”, destacó el Dr. Jorge Gallardo.