José Joaquín Álvarez Opazo, académico de la carrera de Entrenador Deportivo UNAB Sede Viña del Mar
Este 14 de noviembre, en el Día Mundial de la Diabetes, es una oportunidad para reflexionar sobre una enfermedad que impacta profundamente en la vida de millones de personas. En Chile, la diabetes afecta aproximadamente a un 12% de la población adulta, lo que significa que uno de cada diez chilenos vive con esta condición, según datos del Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
La diabetes no solo compromete la salud física, sino que también representa un desafío emocional y económico para las familias y el sistema de salud en su conjunto. Con una prevalencia en aumento y el riesgo de complicaciones graves, esta enfermedad exige una respuesta que promueva la adopción de un estilo de vida activo.
La actividad física y el deporte han demostrado ser herramientas poderosas y accesibles para prevenir y controlar esta enfermedad. Incluso pequeñas dosis de ejercicio pueden marcar una diferencia. Por ejemplo, caminar a paso rápido durante 30 minutos al día, subir escaleras en lugar de usar el ascensor o hacer pausas activas en el trabajo son formas sencillas y efectivas de moverse más. Para quienes buscan un mayor compromiso, ejercicios de resistencia dos veces por semana, como sentadillas o trabajo con bandas elásticas, o actividades aeróbicas como andar en bicicleta o bailar tres veces por semana, son ideales para mejorar la salud metabólica y cardiovascular. Es importante recordar que el ejercicio y el entrenamiento deben estar siempre supervisados por un profesional del área, quien podrá guiar y adaptar las actividades a las necesidades y condiciones de cada persona, garantizando una práctica segura y eficaz.
En Chile, lamentablemente, solo el 17% de los adultos cumple con estas recomendaciones de actividad física, y el sedentarismo sigue en aumento. Es esencial que no solo cada uno asuma la responsabilidad de moverse más, sino que también existan políticas públicas que fomenten una cultura del deporte, con acceso a espacios recreativos y programas de actividad física.
La diabetes no espera, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Este Día Mundial de la Diabetes es el momento perfecto para asumir un compromiso: movernos por nuestra salud y la de las futuras generaciones. El mejor momento para empezar es hoy.