En el mundo de la ciencia ficción, más allá de sus relatos y artefactos creados, el punto central de todo que al mismo tiempo consigue atrapar la atención del público, es que existe cierta posibilidad de que lo planteado en la historia se vuelva real tomando en cuenta sus bases científicas. Aunque parezca un género joven por su visión futurista, en realidad es algo que ha estado presente desde los inicios del cine.
Una de las películas más significativas al respecto es Metrópolis (99%) es de 1927 dirigida por Fritz Lang, también una de las más representativas del expresionismo alemán. Pero en todas estas historias en las que se plantea un futuro envuelto por la tecnología representada sobre todo con la presencia de los robots, está la línea moral que carga ya sea el protagonista o el villano. Algunos de los planteamientos en esta clase de historias no han surgido como tal – por ejemplo, los autos voladores como un medio de transporte cotidiano –, pero otros han sorprendido con su cercanía.
Tal es el caso de Yo, Robot (58%), de una de las películas más populares protagonizadas por Will Smith después de Hombres de Negro (92%). Esta historia basada en una serie de relatos bajo el mismo nombre publicados por Iassac Asimov en 1950, tuvo una importante recepción por parte de la audiencia. Sin embargo, estos humanoides se plantearon como un apoyo para el ser humano y, conforme pasan los minutos, sus intenciones se van tornando más oscuras en una idea de la “rebelión de las máquinas”.
En los últimos días, esta película se volvió tendencia en las redes sociales, y no porque quisieran recordar con gusto uno de los grandes éxitos de Smith, sino porque esa ficción está tomando forma – o bien, ya está realizada en su totalidad – en la vida real. En el transcurso de la semana pasada se dio a conocer la noticia de que la compañía Engineered Arts ha creado un nuevo robot que luce idéntico a Sonny, el de la película.
El objetivo de la empresa líder en diseño y fabricación de androides es servir de apoyo a grandes empresarios teniendo a estas máquinas como asistentes personales, módulos de información, o recepcionistas para que el trabajo del cliente sea más fluido sobre todo si recibe a muchas personas. Engineered Arts cuenta ya con varios modelos de robots asistentes como Mesmer, Quinn y RoboThespian, cada uno con habilidades especiales como la investigación o incluso la actuación.
Su nuevo producto lleva por nombre Ameca, y su particularidad es que ya cuenta con expresiones faciales humanas y movimientos bastante naturales, además de que tiene la capacidad de aprender de manera autónoma. Sin duda es un gran avance para la tecnología, pero para los cinéfilos que recuerdan a detalle Yo, Robot no es tan bueno y cualquiera pensaría que estamos cerca de una rebelión.
Mira a continuación lo que se está diciendo en redes con respecto a la película de Alex Proyas volviéndose una realidad.
Yo, Robot tiene lugar en 2035. Tenemos otros 13 años. Will Smith será demasiado mayor y Jada le habrá quitado la última pizca de confianza al hombre. Chicos, estamos jodidos.