Para que una nueva constitución sea realmente legítima requiere que goce desde su origen de un amplio consenso entre los ciudadanos de una determinada nación, un requisito imprescindible e ineludible para ser respetada.
En este contexto, pese a las múltiples críticas que ha recibido por su trabajo, la Convención chilena goza de legitimidad popular, expresada en las votaciones que aprobaron su realización, entiéndase el “Apruebo”, como también en la que fueron elegidos los miembros de esa entidad, con la misión de redactar la nueva Constitución.
“Pero, ¡Cuidado!…todas las instituciones, en base a su trabajo, puedan ganar legitimidad o perder legitimidad”, advirtió recientemente el director de Radio Bio Bio, Tomás Mosciatti, en uno de sus diarios comentarios, a través de las distintas plataformas del medio, sobre la contingencia política nacional.
Sin embargo, hay consenso –agregó- que la Convención ha ido perdiendo esa aura de virginidad con la que nació. A eso hay que agregar que para aprobar una Constitución no basta con una simple mayoría, o sea, eso de la mitad más uno de los votos emitidos, porque de esa forma no sería la famosa “casa de todos” que ha pregonado el sector más izquierdista que la compone.
El gran desafío que tiene la convención es que su producto tenga una mayoría muy importante en el plebiscito de salida a efectuarse a mediados del presente año, ya que en caso contrario –el rechazo-será una derrota no para el país, sino que para la propia Convención y, sin duda, también para el gobierno de Boric que piensa ejecutar su plan de gobierno al alero de ese marco normativo que será la nueva Carta Magna.
Mosciatti recordó que ya comenzó la votación mediante los 2/3 de las primeras normas que fueron aprobadas por mayorías simples en las respectivas comisiones temáticas, sobresaliendo la indicación que señala que Chile ya no será un Estado unitario, sino que un Estado Regional, Plurinacional y Pluricultural. En lo que respecta a la propuesta de Estado Regional, Mosciatti, estima que se trata de “un híbrido”, porque agrega que “una cosa es potenciar a las regiones, pero otra cosa totalmente distinta es lo que se ha planeado con las asambleas regionales, aunque momentáneamente se rechazaron sus facultades, que eran enormes, debido precisamente, a las críticas que surgieron.
Por eso, en su comentario, el director de Radio Bio Bio continúa analizando y explicando ¿qué hacer ante una Convención cada vez más extremista?, postura que la aleja de las simpatías de la gran masa de chilenos que está de acuerdo en que Chile requiere de una nueva Constitución, pero ello no conlleva necesariamente tener que refundar nuestro país, que es lo que está ejecutando esta Convención Constitucional.