El pueblo atacameño, por tradición de izquierda, no fue la excepción de la expresión nacional reflejada en las urnas este domingo 4 de septiembre y le dio un contundente apoyo a la expresión Rechazo al plebiscito de salida de la propuesta constitucional, con el 61,86 por ciento de las preferencias, versus el 36,14 por ciento que consiguió la opción Apruebo, con 24 puntos de diferencia.
Cabe acotar que Atacama era una de las regiones que, al igual que la de Coquimbo, el oficialismo esperaba contar con la aprobación al trabajo de la Convención y, sin embargo, la manifestación popular resultó contraria a lo esperado por La Moneda que, en un gesto de reconocimiento, el propio Boric visitó hace pocos días la zona, especialmente, Tierra Amarilla y Vallenar para prometer la gestión del gobierno en beneficio de su gente.
No cabe dudas que el proceso eleccionario de ayer fue HISTORICO, así con mayúscula… por la participación de casi 13 millones de chilenos, el más alto número de votantes en acudir a las urnas hasta ahora en nuestro país.
También fue HISTORICO porque el pueblo de Chile habló… y habló fuerte y claro para decirle NO, contundentemente, a una propuesta constitucional que NUNCA convenció, por el afán maximalista y refundacional con que se plantaron los convencionalistas que pretendían hacer “Un nuevo Chile”, jactándose que esta constitución se escribiría a partir de “una hoja en blanco”.
Por lo mismo, ayer se impuso el sentido común de los chilenos, en un proceso histórico, transparente y contundente que habla muy bien de cómo funcionan las instituciones en nuestro país, porque se dudó mucho del rol del Servel, también del rol que cumplirían los vocales de mesa y hasta de la hidalguía del pueblo chileno ante la derrota, sin embargo, esta vez quedó demostrado todo lo contrario.
A la hora del balance, no existe posibilidad alguna de que el Presidente Gabriel Boric y los partidos de su gobierno puedan disimular la magnitud de la humillante derrota que experimentaron en el plebiscito. Ellos avalaron un proyecto que ponía en riesgo la unidad de Chile, convirtieron La Moneda en trinchera partidista y usaron sin rubor los recursos públicos para asegurar la aprobación de un proyecto de Constitución ideado para copar el poder. Y fracasaron
A esto, precisamente, Chile le dijo NO, pero con altura de miras, con responsabilidad, con AMOR a LA PATRIA y más bien pensando en el futuro de sus hijos y nietos. Por eso, el resultado no sorprende, ya lo anticipaban las encuestas y el pulso callejero; pero sí sorprendió el tremendo margen de diferencia entre una y otra opción. Las encuestas decían que había un 10 puntos de distancia, pero ninguna le apuntó a esos 24 puntos de diferencia, lo que en términos simples se entiende como “UNA verdadera PALIZA”.
El Apruebo NO GANÓ EN NINGUNA REGION DEL PAÍS, ni siquiera en comunas tan emblemáticas para la izquierda como Valparaíso (alcalde Jorge Sharp), en Viña del Mar (alcaldesa del Frente Amplio) tampoco en Recoleta (alcalde Daniel Jadue), ni siquiera en Punta Arenas, la tierra del presidente Boric, lo que resulta en el mayor de los “colmos” posibles.
Sin duda que otro de los grandes perdedores fue el Partido Comunista, cuyo presidente Guillermo Tellier dejó en claro desde el comienzo que esta constitución era “la batalla de las batallas”, porque tenía la gran oportunidad histórica de entronizar una carta magna escrita a la pinta de su partido; sin embargo, con esta aplastante votación en contra, la gente le dijo “No al comunismo”.
Esta derrota es también la debacle política para algunos personeros de gobierno en particular, como Giorgio Jackson, el articulador de la campaña del fin del Senado que, seguramente, ahora le pasará la cuenta; para Iskia Siches que no dio el ancho como ministra del Interior, cuya pésima gestión se castigó con el voto rechazo… Las especulaciones dicen que será, al menos, una media docena de ministros los que tendrán que dejar sus cargos, tras cumplirse esta primera etapa del gobierno, como era la lucha por el plebiscito.
¿Los grandes ganadores políticos de la jornada?: Sin duda alguna que los senadores “traicioneros”, como fueron llamados Matías Walker, Carlos Maldonado y Ximena Rincón, además de personeros como el ex presidente Eduardo Frei y el ex convencional DC Faid Chaúan, por citar solo a algunos. Los primeros, es decir, Rincón y Walker asumen ahora un rol protagónico en el Congreso, que vuelve a tomar las riendas frente a lo que viene del Plebiscito, pero sobre todo al interior de su propio partido. La gente se pregunta, qué pasará ahora al interior de la DC cuando deban converger Rincón y Yasna Provoste, las dos nuevas fuerzas que están absolutamente polarizadas.
Lo que más influyó en la decisión de mucha gente de votar Rechazo fue la percepción de la catástrofe que podía sobrevenir si prosperaba la creación de once naciones indígenas dentro de Chile, con territorios, órganos políticos y sistemas de justicia autónomos, lo que implicaba segmentar racialmente a la población y socavar las bases del Estado unitario, Era la propuesta de los activistas del indigenismo que ayudaron a su vez al negocio político del Frente Amplio y el Partido Comunista de crear una sistema político que colmaba sus expectativas.
En este plebiscito no solo estaba en juego la ponderación de la propuesta constitucional, sino que también se evaluaba el trabajo de la Convención y la gestión del gobierno del presidente Gabriel Boric, por mucho que ahora el primer mandatario quiera desmarcarse de su rol como “abanderado” del Apruebo.
Como consecuencia directa e inmediata, el gobierno queda debilitado políticamente y su líder ve menguada su fuerza para concretar los cambios y transformaciones radicales que prometió al país durante su campaña, aunque algunos partidos traten de tenderle puentes y hacer creer que si bien se perdió esta batalla, el proceso sigue tal cual lo definió la ciudadanía. Obviamente que el proceso sigue, pero ya no al ritmo de la música que venían poniendo el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Más razones de por qué ganó el Rechazo: Porque hizo campaña centrándose en los errores de un texto mal redactado, centrándose en un contenido y, prácticamente, sin pegarse ni un solo tiro en los pies, algo muy diferente de lo que hizo la gente del Apruebo que basó su campaña en desprestigiar al adversario más que centrarse en las virtudes que -a juicio de ellos- contenía esta propuesta constitucional.
Sin duda que la noche del domingo lo más esperado era el discurso del Presidente Boric, quien se dirigió al país desde una desolada y casi tétrica Moneda que, a través de la televisión, se veían solo algunas luminarias prendidas en el Patio de los Naranjos, en tanto, el Presidente apareció dando la conferencia de prensa absolutamente solo, a diferencia de la mayoría de sus intervenciones públicas anteriores en que había aparecido rodeado de su gabinete y de las huestes del FA y el PC. Esta vez, lo hizo solo con un panorama de fondo realmente penoso y angustioso, casi de tinieblas, leyendo rigurosamente un discurso, sin apartarse de él, sin dar lugar a la improvisación que tanto le gusta, a costa de “meter las extremidades”.
De partida, en sus palabras, Boric no hizo un mea culpa como esperaban algunos; solo se limitó a decir lo que viene por delante, como trabajar en “Una propuesta que nos dé confianza y nos una como país” dijo.
También admitió haber “escuchado la voz del pueblo” y llamó a que la intolerancia para con quienes piensan distinto debe quedar a un lado”…
Enseguida, adelantó que para para la próxima constitución las fuerzas de izquierda y centro izquierda deben estar a la altura de este llamado que les hizo el pueblo de Chile, ante lo cual adquirió un compromiso, y dijo: “Me comprometo a poner todo de mi lado para construir un nuevo itinerario que nos lleve a escribir una constitución que interprete a una amplia mayoría ciudadana…”.
Boric adelantó que durante esta semana tendrá una ronda de conversaciones con los sectores que se comprometieron a apoyar una nueva propuesta constituyente, a pesar de las diferencias que prevalecen para el diálogo y la disposición.
n lo político, el mandatario mostró una actitud pragmática, al señalar que “el Congreso Nacional debe ser el gran protagonista en esta nueva etapa. No partimos de cero, son muchos los acuerdos que tenemos…”
En consecuencia, ahora el Presidente debe ordenar su agenda, priorizar las necesidades que demanda el país y, sobre todo, gobernar PARA TODOS LOS CHILENOS, no solo para una parte. Debe entender que la gente le está dando una segunda oportunidad a él y, por supuesto, a todos los políticos.
El país necesita estabilidad institucional para enfrentar la recesión económica que, según las proyecciones, podría durar hasta el primer semestre del próximo año. Se requiere despejar la incertidumbre que determinó que muchas decisiones de inversión quedaran suspendidas, a la espera de lo que pasara en el plebiscito. Hace falta crear un clima de confianza para superar las dificultades.
COMITÉ EDITORIAL EL TIERRAMARILLANO