11,1 millones de cubanos no tiene electricidad y aumenta el descontento y protestas contra el régimen comunista

Los cubanos se empezaron a desesperar por los prolongados apagones que ponen en peligro los escasos alimentos que atesoran en sus congeladores.

La gente protesta pidiendo el restablecimiento del servicio eléctrico después de cuatro días de apagón debido a la devastación del huracán Ian en Bacuranao.

El caos que dejó en Cuba el huracán Ian, del colapso del sistema eléctrico a los problemas en el suministro de agua y las telecomunicaciones, está atizando el descontento latente tras dos años de crisis económica y azuzando este viernes las protestas.

La mayor parte de los 11,1 millones de habitantes no tiene electricidad -a lo sumo algunas horas al día-, la mayoría de tiendas y gasolineras permanecen cerradas, el bombeo de agua corriente está detenido y el internet en teléfonos móviles funciona de forma intermitente.

La estatal Unión Eléctrica (UNE) reconoció dificultades y dijo que siete de las 14 plantas del país están paradas, entre ellas las dos mayores.

En este contexto se han producido sentadas, concentraciones y cacerolazos en distintos puntos, como en Guanabacoa (oeste) y los barrios habaneros de Vedado, La Palma y Bacuranao.

El huracán Ian, que en Cuba dejó tres muertos y cuantiosos destrozos en el occidente del país, provocó el martes un colapso en el sistema eléctrico nacional y la isla quedó totalmente apagada.

En el barrio La Palma, en el oeste de la ciudad, un centenar de pobladores cerraron una calle con contenedores de basura para exigir la reinstalación del servicio, dijo un habitante de la zona que no quiso dar su nombre.

Los cubanos se empezaron a desesperar por los prolongados apagones que ponen en peligro los escasos alimentos que atesoran en sus congeladores y que también impiden el bombeo de agua desde las fuentes que abastecen a la capital.

«La gente se cansa», dijo la veterana opositora Martha Beatriz Roque. «Si no ponen la electricidad en todo el país» seguirán reclamando.

Las protestas de este viernes siguen a las que se produjeron la víspera en Camagüey (este), Batabanó (oeste) y en barrios humildes de La Habana como El Cerro, Arroyo Naranjo y San Miguel del Padrón.

«En el Cerro hace 72 horas que no hay ni agua ni corriente. La gente salió para la calle porque la comida que uno compra con veinte sacrificios se echa a perder», explicó la septuagenaria Mercedes.

Luis Antonio Torres Iribar, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) en La Habana, aseguró que «protestar es un derecho», según recogió la agencia estatal Prensa Latina.

Todas las protestas cesaron sin violencia con el despliegue de agentes de Policía en la zona, a los que siguieron, en algunos casos, los camiones de la UNE para reparar el tendido dañado.

Plataformas especializadas como Netblocks, Internet Outage y Cloudflare Radar denunciaron que el Gobierno cubano bloqueó el tráfico de internet desde la isla casi por completo.

Estas organizaciones especializadas coincidieron, junto a varios activistas, en apuntar que se trató de un intento de silenciar las protestas y evitar su propagación, ya que es normal su difusión en directo en redes. El régimen cubano no dio explicaciones de los incidentes y los medios oficiales no lo recogieron.

Fuente: DW jc (afp, efe)

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