En el marco del Día Mundial Sin Tabaco, el cirujano dentista de Clínicas Everest, Dr. David Rosenberg, aborda las nocivas consecuencias que genera el hábito de fumar o “vapear” en nuestros dientes, las que van desde un deterioro general de la cavidad bucal hasta distintos tipos de cáncer.
Santiago, Mayo 2024 -. El tabaco es responsable de la muerte de aproximadamente 8 millones de personas en el mundo anualmente y es considerada la causa principal de muerte evitable. Es por esto que cada 31 de mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día Mundial Sin Tabaco para educar sobre los riesgos asociados al consumo de esta sustancia y promover políticas efectivas para reducir su uso.
El consumo de tabaco tiene múltiples efectos negativos en la salud en general y particularmente en la cavidad bucal. Entre las patologías más graves se encuentran el cáncer oral, las enfermedades a las encías (periodontales), pérdida de dientes y las caries. Esto se debe a que fumar cigarrillos, puros, pipa o “vapear”, contribuyen a la acumulación de placa y sarro en los dientes, lo que aumenta significativamente el riesgo de desarrollar gingivitis y periodontitis.
“Cuanto más se fuma, mayor es el riesgo de padecer en el futuro una enfermedad oral o una enfermedad sistémica relacionada con el tabaco. Desde el punto de vista odontológico, un tipo particular de cáncer llamado ‘carcinoma de células escamosas oral’ es el efecto secundario más grave y devastador del tabaquismo. Por esto, es fundamental la detección precoz del cáncer de la mucosa bucal, lo que es posible con tecnología de última generación disponible hoy en Chile, la cual mejora las opciones de tratamiento de esta enfermedad cancerosa”, señala el experto periodoncista y cirujano dentista de la Red de Clínicas Odontológicas Everest, David Rosenberg.
Además del cáncer, el tabaco provoca otras enfermedades en los dientes causadas por la nicotina y otros químicos presentes en estos productos, los que afectan la capacidad para sanar del tejido gingival, promoviendo la inflamación, el sangrado de las encías y la pérdida o caída de dientes. A esto se añade que las posibilidades de realizar tratamientos periodontales convencionales, intervenciones periodontales quirúrgicas o plásticas y también la rehabilitación con implantes son limitadas, dado que tienen más fracasos y complicaciones en los fumadores.
En este contexto, el Dr. Rosenberg explica, “sabemos que uno de los mecanismos por los cuales el tabaco genera daño es a través de la disminución del calibre de los vasos sanguíneos, alterando el sistema inmune local y las funciones fisiológicas de la gran mayoría de los tejidos del organismo humano, particularmente en la respuesta inmune, predisponiendo una reacción destructiva de los tejidos. Además, el consumo de tabaco libera radicales libres, que son moléculas altamente reactivas que pueden causar daño celular y contribuir a la inflamación crónica. Al mismo tiempo, hay evidencia de que el tabaco y la diabetes son los primeros factores de riesgo para periodontitis comprobados con estudios longitudinales. Por lo tanto, se recomienda el cuidado y control de estos pacientes de manera periódica con su odontólogo”.
Otros efectos que suelen experimentar los fumadores son el mal aliento crónico, decoloración dental y un deterioro en el sentido del gusto y olfato. Estos problemas, aunque pueden parecer menores, pueden afectar significativamente la calidad de vida y autoestima de las personas.
Cada año, consumir tabaco mata alrededor de 8 millones de personas y varios millones más padecen cáncer de pulmón, tuberculosis, asma o enfermedades pulmonares crónicas. La lucha contra esta droga es un esfuerzo continuo que requiere la colaboración de gobiernos, comunidades y profesionales de la salud. Proteger la salud bucal es una parte esencial de esta batalla, ya que una boca saludable es fundamental para una vida sana.
