Cristofer Arriagada Rojas
Académico Fonoaudiología
Universidad Andrés Bello
Los Programas de Integración Escolar (PIE) se han instaurado en Chile como una respuesta inclusiva que facilita la respuesta a las necesidades educativas especiales (NEE) de los estudiantes. Dichos programas permiten brindar apoyos a distintas necesidades educativas especiales que presentan las y los estudiantes y cada vez más.
Idealmente estos programas debiesen abarcar a la totalidad de estudiantes de un establecimiento educativo, pues los colegios deben otorgar una educación inclusiva, equitativa y de calidad. No es una opción o decisión tener este sello, es ley.
En la práctica, estas respuestas educativas están asociadas a la presencia de profesionales que, junto a los docentes, deben diseñar clases diversificadas para favorecer los tres elementos de la inclusión educativa: presencia, participación y progreso, en términos de aprendizaje.
Dentro de las Necesidades Educativas Especiales que están presentes en los PIE, se encuentran los Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL), que actualmente se denominan solo Trastorno del Lenguaje o TL, que definen aquellas “dificultades persistentes en el uso y adquisición del lenguaje en todas sus modalidades (hablado, escrito, lengua de señas u otro debido a deficiencias en la comprensión o producción”.
Desde la instauración del Decreto 170/2009, que regula los PIE en Chile, el antiguo TEL, puede ser beneficiario de subvención adicional para brindar apoyos hasta 4° básico, generando una falsa creencia de que no existieran desde 5° básico en adelante. Actualmente con el nuevo nombre, Trastorno del Lenguaje (TL), se insiste en una persistencia, lo cual nos sugiere su continuidad cuando los estudiantes no logran progresar en su lenguaje y se encuentran con barreras para el acceso, participación y aprendizaje en las aulas.
Cómo se resuelve esto en la práctica si los apoyos se siguen brindando, en general, hasta 4° básico, porque no estamos ante la presencia de una actualización del decreto que permita extender posibilidades de apoyo formal, ya sea ingresando al programa, recibiendo una subvención adicional y contratando los profesionales idóneos, en este caso fonoaudiólogos. Solo algunos han entendido, que los apoyos no deberían estar determinados por un límite en los PIE, sino más bien, han querido ser inclusivos y darle a cada estudiante lo que necesita, si necesita fonoaudiólogo en 6° básico, lo ofrecen.
Por otro lado, ¿cómo resolverlo si el diagnóstico no se ha actualizado en el decreto que rige su ingreso y apoyo a dichos estudiantes? La normativa nos dice seamos inclusivos, los establecimientos nos dicen “no tenemos recursos para lograrlo”; la normativa nos dice hemos actualizado el diagnóstico, los establecimientos nos dicen, pero no el decreto…
El problema no es quien tenga la razón o no, el problema es que muchos estudiantes continúan con dificultades en el lenguaje más allá de 4° básico y el sistema no está brindando el apoyo necesario. Se sigue insinuando que el TL termina en 4° básico, y nunca ha sido así.
