FONDA PROTEGIDA, SEGURIDAD COMPARTIDA

Paulina Urizar López
Directora Regional ISL Atacama 

Las Fiestas Patrias son sinónimo de celebración, pero también de trabajo intenso para miles de personas que sostienen la tradición de nuestras fondas, ramadas y cocinerías. En medio de la música y la alegría, no podemos olvidar que detrás de cada anticucho o empanada hay trabajadoras y trabajadores que, al igual que en cualquier otra época del año, cuentan con un derecho inalienable: la protección de la ley y el Estado.

La Ley 16.744, que establece el Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, no solo contempla atención médica y cobertura económica en caso de accidente o enfermedad profesional, sino que lo hace bajo el principio de automaticidad, protegiendo al trabajador desde el primer día de la relación laboral, incluso sin aún no hay contrato escrito o no se han pagado a tiempo las cotizaciones.

Aquí es donde cobra protagonismo el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), único organismo público administrador de este seguro. En estas fechas, su campaña “Fonda Protegida: Seguridad Compartida” busca reforzar la idea de que la prevención es la primera barrera de protección. El ISL despliega asesorías, visitas en terreno y material educativo en todo el país para que las fondas no solo sean espacios de alegría, sino también de trabajo seguro.

El rol del ISL no se limita a la reacción frente a accidentes, sino que se centra en la prevención de riesgos laborales. Disponer de agua potable, mantener la cadena de frío en los alimentos, capacitar en primeros auxilios o establecer protocolos de emergencia son medidas que salvan vidas y dignifican el trabajo en estas celebraciones.

Pero más allá de las recomendaciones, lo central es el mensaje: la seguridad laboral es un derecho humano reconocido como fundamental en el trabajo. Por ello, la tradición se vive mejor cuando la responsabilidad es compartida: empleadores que cumplen, trabajadores que se cuidan y un Estado que garantiza la protección. Y el ISL, con su labor, nos recuerda que una fonda protegida es una fonda más justa y humana.

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