SANTIAGO, 13 DE JULIO DE 2020.- Pudú es el robot social desarrollado por un grupo interdisciplinario del Advanced Mining Technology Center (AMTC) de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (FCFM), el Hospital Clínico de la Universidad de Chile y del Hospital San Juan de Dios. Pudú permite la teleasistencia de pacientes y la comunicación con sus familiares, mediante telepresencia profesional, disminuyendo los riesgos de contagio del personal de salud y respondiendo a la escasez de insumos de protección personal en atención de pacientes con covid-19.
El proyecto fue liderado por la psicóloga Verónica Vargas-Araya, psicointensivista del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, encargada del área de salud emocional de la Unidad de Pacientes Críticos, el Dr. Mauricio Salazar, neurólogo del Hospital San Juan de Dios, creador del Proyecto de Teleneurología y el Dr. Javier Ruiz del Solar, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la FCFM y director ejecutivo del AMTC.
Vargas-Araya señala que “este proyecto corresponde al primer paso en Chile donde la robótica logra brindar a los pacientes atenciones de salud mental y de distintas especialidades médicas que no requieran de manipulación, como también acercar a los mismos con sus familias a distancia. Los pacientes que enfrentan hospitalizaciones prolongadas, como los ingresados al hospital con diagnóstico covid-19, desarrollan importantes síntomas ansiosos, depresivos y angustiosos, por lo tanto, el acompañamiento psicológico es una necesidad”.
Por su parte, el profesor Ruiz del Solar indicó que “el trabajo con Pudú es pionero en Chile y, en especial, en el área de la atención de salud. Además de significar un aporte para la tan necesaria salud mental en esta época de pandemia, también es una muestra de las soluciones novedosas a las que podemos llegar con el uso de robots de servicio o robots sociales en entornos médicos, que aún tienen mucho potencial por explorar”.
En tanto, el Dr. Mauricio Salazar señaló que “estos tiempos nos han demostrado las fortalezas del equipo de salud y su capacidad de adaptación a enfrentar situaciones límites, y uno de esos cambios ha sido la implementación de la teleasistencia intrahospitalaria. La robótica viene a apoyar el trabajo clínico y asistencial realizado, permitiendo actividades primordiales en aislamiento, como es el apoyo en salud mental de nuestros pacientes”.
El equipo de investigadores y estudiantes de la FCFM fue liderado por el AMTC a través del profesor Javier Ruiz del Solar y con el apoyo del FabLab de la U. de Chile, quienes adaptaron un robot de diseño propio para poder cumplir con los requerimientos del proyecto. En un tiempo récord de tres semanas, Rodrigo Salas, Giovanni País, Ulises Campodónico, Nicolás Marticorena, Pablo Alfesi, Javier Urrutia y Víctor Contreras generaron una versión final que cumplió con los requisitos para permitir la teleasistencia de pacientes, facilitar una comunicación en modalidad de telepresencia, de fácil operación y construido con materiales compatibles con los estándares sanitarios de los recintos de salud.
Pudú ya ha sido probado y validado en dos ocasiones por personal médico, la Unidad de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud y con pacientes internados en el Hospital Clínico Universidad de Chile. Se espera que en una semana comience su trabajo en esta institución de salud.
El equipo ya inició el proceso de construcción de otros dos robots, financiados parcialmente con aportes de privados gestionados por Mauricio Salazar, los cuales serán destinados al Hospital Clínico Universidad de Chile y al Hospital San Juan de Dios. Respecto a los estándares éticos de su utilización, tanto Mauricio Salazar como Verónica Vargas-Araya se han encargado de la creación de protocolos de resguardo y lineamientos éticos, en referencia a su aplicación y futuras investigaciones en la utilización de robótica en salud, propuestas exploratorias al ser únicas en el país.
La utilización y coordinación de los robots en los recintos hospitalarios estará a cargo de Verónica Vargas-Araya y de Mauricio Salazar, iniciando su labor asociada a la atención de salud mental y de contacto de pacientes y familias con un potencial de expansión de sus utilidades aún en desarrollo.