o Proyecto Fondart, con apoyo de la empresa Kinross Chile, congregó a más de 250 artistas que dieron vida a más de 7 espacios de música en vivo, literatura, artes visuales, talleres para niños y patio de comidas con recetas locales.
o Organizadores destacaron que este festival fue una oportunidad para reactivar el mundo cultural local que se ha visto fuertemente afectado por la pandemia.
“Río Vivo, Atacama Florece” sería un festival cultural en el parque Schneider que celebraría la vuelta del rio Copiapó por la ciudad después de los aluviones de 2105 y 2017. Se iba a llevar a cabo el año pasado, pero la crisis social del país dijo otra cosa.
Su postergación para este año se hizo inevitable, pero la pandemia del Covid-19 que obligó a implementar estrictas medidas sanitarias que prohibieron los eventos públicos pareció ponerle una sentencia definitiva para ese hermoso proyecto, que contemplaba espacios para músicos, magos, artesanos, cocineros, artistas visuales y mucho público que admiraría sus obras.
Fue un duro momento para la comunidad artística local que ha mermado su actividad severamente durante todo este 2020, un “año maldito”, según aseveran muchos artistas de la escena regional.
Sin embargo, sus organizadores, la Fundación Desierto Creativo junto a la empresa Kinross Chile, no se dieron por vencidos y se sumaron a la tendencia mundial de “digitalizar” todas las actividades humanas, incluidos los eventos culturales.
Así, durante dos meses, fueron contactando a cada artista y agrupación cultural que quisiera participar de este proyecto, logrando reunir a cerca de 250 creadores, la gran mayoría de la provincia de Copiapó.
“Este trabajo lo comenzamos el año pasado, cuando comenzamos a modelar este festival con un trabajo colaborativo con las comunidades artísticas locales”, cuenta Jorge Sepúlveda, productor general del festival. “Por todo lo que pasó, tuvimos que suspenderlo, pero este año exploramos las formas de poder realizar el festival de forma remota o virtual”, contó.
Así, los organizadores se contactaron con programadores, diseñadores y audiovisualistas locales que comenzaron a “digitalizar” el proyecto.
Se diseñó el portal web www.festivalatacamaflorece.cl, se grabaron micro recitales de músicos en una Sala de Cámara vacía, para graficar la “nueva realidad” de la cultura atacameña, y en total se registraron más de 27 horas de material gráfico de músicos, bailarines, magos, artistas visuales, actores y actrices, técnicos, talleristas y muchos más. “La cultura no se encierra” fue la consigna de esas largas jornadas de registro.
Así se idearon 7 espacios virtuales con las distintas disciplinas artísticas que incluso contó con un patio de comidas virtual, donde el público podía pedir un plato o sándwich, que era despachado a domicilio, para acompañar la presentación de su artista favorito.
El festival Atacama Florece duró tres días: jueves 8, viernes 9 y sábado 10 de octubre, congregando a más de 17 mil personas que visitaron el portal. El público no sólo apreció al arte local sino la presentación de bandas consagradas a nivel nacional como Los Golpes Histórico, para las generaciones mayores, y Moral Distraída, para el deleite de los más jóvenes.
La Seremi de las Culturas las Artes y el Patrimonio, María Cecilia Simunovic, que también apoyó la iniciativa a través de un Fondart, valoró el impacto de esta primera versión del festival: “nos parece excelente el formato y los resultados de este proyecto Fondart ejecutado por la Fundación Desierto Creativo, que ha ofrecido una completa cartelera cultural familiar para toda Atacama, con música en vivo, talleres y diversas disciplinas que difunden y ponen en valor el trabajo de nuestros artistas, cultores y creadores, lo digital llego para quedarse, y es una muy buena posibilidad para brindar acceso al arte y la cultura en el territorio”, dijo.
La iniciativa no sólo significó apoyar la reactivación de la actividad cultural en Atacama, sino también permitió “crear comunidad artística”, según confesaron los propios creadores que participaron del festival. “Ha sido una bonita experiencia, porque además de hacer lo que nos gusta, este festival me ha permitido conocer a otros músicos y hacer comunidad artística, algo que a veces pasamos de largo”, contó Nico Díaz de la banda Astronautiko. Sobre este nuevo formato de festival virtual, el músico dijo que los eventos virtuales “serán cada vez mas frecuentes, más allá de la pandemia, pero es algo que a mi me acomoda también, porque son presentaciones más íntimas con el público”, señaló.
Los organizadores esperan que los buenos resultados de esta primera versión del festival se traduzcan en una segunda parte el próximo año, “con o sin pandemia”, advierten con un merecido optimismo.