Marco Cofré Carvajal, Psicólogo, académico UCEN Región Coquimbo
Después de tanta algarabía, de tanto apoyo por las redes, de tantas promesas y apuestas, parece que el Agente Topo tiene la misma suerte que muchas y muchos otros: terminar en el olvido.
¿Será por qué no ganó el Oscar? ¿Dejó de ser trending topic? Lo cierto es que el penal de Cazsely es o será más recordado que el Agente Topo.
Me puse a pensar que debe ser por la relación que hacemos entre el nombre de la película y el animal. Al conocer un poco más del topo, cual trabajo escolar, supe que no es ciego, como muchos pueden pensar, sin embargo, su vista está menos desarrollada que otros sentidos. Pasa mucho tiempo bajo la superficie y no le gusta mucho el ruido. Trata de pasar inadvertido, pero sus túneles socavan el terreno y lo convierten en algo molesto.
También se me ocurrió que podía ser porque el agente se asocia a un personaje oculto, que anda entrometiéndose en nuestras vidas, saca a la luz nuestros secretos y que trata de esconder su presencia. Por lo tanto, es un personaje para evitar.
Finalmente, otra hipótesis, es la de que podía ser por la edad del protagonista y la temática abordada. Y lo curioso de eso, fue darme cuenta que, también el topo y el agente, comparten el destino de los viejos.
Por una parte, al ser el topo una molestia para algunas personas, estas prefieren que esté oculto, habitando en un espacio que no se note, que desaparezca de la vista, porque nos incomoda, nos molesta. Quienes se han encontrado con ellos y respetan la vida del animal, lo sacan de sus terrenos y los llevan a campo abierto, alejados de sus cultivos, para que estén mejor. También evitamos al agente, que se vuelve una presencia que nos cuestiona y nos refleja qué estamos haciendo y cómo lo hacemos. Nos obliga a estar más atentos a nuestras palabras y acciones o alejarnos de esa presencia, para que estemos mejor.
En nuestra sociedad actual, mirar al viejo es algo incómodo. Mirar al viejo es mirar un reflejo de lo que será nuestro futuro. Y en tal sentido, parece normal que tratemos de evitar ese destino, especialmente, si hemos visto como a nuestras viejas y viejos la misma comunidad les ha alejado, evitado y abandonado.
Qué lejos estamos de las sociedades donde el respeto a las canas significaba valorar la experiencia de quienes han transitado por esta vida, escuchar y agradecer sus consejos, aprender de sus historias. En una época donde estamos luchando por una mejor jubilación, espero que no perdamos de vista que no es solo dinero lo que se espera, sino una vejez digna y valorada.
Como diría Serrat: Y después de darlo todo, en justa correspondencia, todo estuviese pagado, y el carné de jubilado abriese todas las puertas Quizá, llegar a viejo sería más llevadero, más confortable, más duradero” ¡Gracias Agente Topo