Raúl Salas, Seremi de Minería de Atacama
Uno de los aportes que este Gobierno quiere perpetuar dice relación con reconocer e implementar la nueva etapa que está viviendo la humanidad: utilizar energías limpias y una actividad productiva verde.
En este sentido, en Atacama tenemos todo para consolidar nuestra región como un complejo energético y minero de clase mundial, alineado con los actuales desafíos de nuestro planeta: somos líderes mundiales en la producción de metales claves para el mundo; tenemos una radiación solar y vientos de privilegio, por lo que las energías renovables para una minería verde son una conjunción virtuosa.
Hoy tenemos USD$3.000 millones en proyectos aprobados ambientalmente y USD$4.000 millones en faenas en construcción, con un horizonte de generación de 5.000 empleos directos, más los indirectos que la actividad genera, por lo que efectivamente la minería se transforma en un motor impulsor de la economía regional pospandemia.
El Presidente Sebastián Piñera nos ha encomendado que acompañemos el desarrollo de nuestra región, haciendo énfasis en la seguridad de las personas, el cuidado del medio ambiente y fomentando la inclusión. En ese marco, la semana recién pasada, vino nuestra máxima autoridad a dar el vamos al funcionamiento de la Planta La Nenita I, en Inca de Oro, primera de otras 2 que serán construidas, donde se procesará el oro libre de mercurio, un gran paso que protegerá tanto la vida de las personas como del ecosistema.
Nuestra región es líder en pequeña minería, concentrando el 35 por ciento del total del país con 255 faenas activas a la fecha: 64 en Chañaral, 129 en Copiapó y 62 en Huasco.
El mes pasado entregamos más de $680 millones de pesos por el Programa de Transferencia Tecnológica para la Pequeña Minería Artesanal (PAMMA) a 111 proyectos favorecidos. Estos fondos permitirán modernizar las pequeñas faenas y hacerlas más autosustentables y seguras.
Sin duda, tenemos una musculatura productiva robusta para dar un nuevo paso estratégico y consolidar un ecosistema productivo diversificado, tecnológico, educativo sinérgico y encadenado al sector energético y minero.
Este Gobierno ha contado con profesionales que han hecho posible desarrollar e implementar programas de apoyo productivo, gracias a la confianza del CORE y al Gobierno Regional, que los han financiado. Por lo tanto, hemos podido entregar apoyo económico y técnico con cifras históricas para un sector que, por décadas estaba en el olvido.
Entonces, ¿por qué hablamos de más y mejor minería? Porque La minería es uno de los pilares más sólidos en que se sustenta el desarrollo económico y social de Chile y porque de nada sirve la entrega de recursos sin el acompañamiento profesional, ya que esto les ha permitido a nuestros productores regular sus faenas, modernizarse y acceder a tecnologías que les permiten aumentar su producción, pero de forma segura y sustentable.
Después de una lucha de muchos años, este Gobierno fue el que consolidó el apoyo que nuestra pequeña minería y minería artesanal necesitaban.