SANTIAGO.- A mediados del próximo mes las Fuerzas Armadas iniciarán el denominado «repliegue» de su contingente emplazado en el «Batallón Chile», en Haití, ubicado en la zona norte de ese país centroamericano, donde se mantuvo durante 13 años. El trabajo de los poco más de 12 mil efectivos del Ejército, la Armada, Fuerza Aérea, Carabineros y la PDI, permitió dar seguridad a los más de dos millones y medio de habitantes de la citada zona que comprende una extensión de unos siete mil kilómetros cuadrados. Por estos días se inician los preparativos para ese proceso y con ello los balances de lo que ha significado para Chile esta misión.
En este sentido, para el ministro de Defensa José Antonio Gómez, permitió posicionar a nuestro país como “un actor relevante en la región latinoamericana”. En entrevista con Emol, la autoridad –que liderará el operativo- aseveró que para Chile es importante el mantenimiento de la paz y los valores en la región y afirmó que esto es una forma de buscar una “solución pacífica a las controversias, la promoción de los derechos humanos y el impulso a los mecanismos multilaterales como forma de dar gobernabilidad al sistema internacional».
¿Qué ganó nuestro país enviando tropas y policías a Haití?
«La participación de nuestro país en Haití representó un compromiso concreto de Chile con la solidaridad regional e internacional, así como con la cooperación con el sistema de Naciones Unidas para preservar la paz y seguridad internacionales en ese país, contribuyendo asimismo a posicionarlo en la región latinoamericana como un actor relevante. Desde la perspectiva de la Defensa y de la capacidad profesional de las Fuerzas Armadas, esta operación de paz (MIFH y Minustah) constituyó un escenario eficaz para capacitar a los militares chilenos en un escenario real».
¿De qué manera han servido esas experiencias?
«Son variadas las experiencias logradas entre las cuales se encuentran la acción humanitaria de la fuerza militar, la cooperación en caso de catástrofes, un alto entrenamiento de las tripulaciones de aeronaves, vehículos militares, equipamiento de apoyo, capacidad de realizar rescates y evacuaciones médicas en condiciones extremas. Todo ello, posteriormente ha sido utilizado en el empleo de militares y policías en situaciones de desastres naturales como terremotos, maremotos, inundaciones y recientemente, en los incendios forestales y aludes en la zona central del país». «Son variadas las experiencias logradas entre las cuales se encuentran la acción humanitaria de la fuerza militar, la cooperación en caso de catástrofes, un alto entrenamiento de las tripulaciones de aeronaves, vehículos militares, equipamiento de apoyo, capacidad de realizar rescates y evacuaciones médicas en condiciones extremas». Ministro de Defensa José Antonio Gómez
¿Cuál es el legado que deja Chile en Haití tras la permanencia de tropas en ese país?
«Se cooperó con el restablecimiento de las condiciones de seguridad y normalidad del país. Lo anterior otorgó las condiciones apropiadas para llevar a cabo los procesos democráticos donde se manifestó claramente la voluntad democrática de ciudadanía de ese país. En lo concreto, acaba de asumir el Presidente Jovenel Moïse, en un proceso transparente y con alto respaldo, algo impensado en los primeros años de la Minustah».
¿Está de acuerdo con los senadores Pizarro y Chahuán en el hecho de que sirvió para mejorar la fama internacional de Chile?
«Chile ha participado en operaciones de paz desde antes de la creación de la ONU, dado que su participación histórica se remonta al año 1935 con ocasión del Conflicto en Chaco Boreal. En el marco de la ONU se inicia el año 1947 India-Paquistán y posteriormente nuestros efectivos han estado presentes en: Medio Oriente, los Balcanes, Centroamérica, Timor del Este, Chipre, República Democrática del Congo, Bosnia- Herzegovina, República Centroafricana, Colombia y otros lugares, no obstante no existe duda alguna que la participación de Chile en Haití marca un antes y un después’ en este tipo de operaciones. En Haití, primeramente se participó a inicios del año 2004 como parte de la Fuerza de Intervención Multinacional para Haití (MIFH) donde conjuntamente con Canadá Francia y EE.UU. se desarrolló la estabilización inicial de ese país, pudiendo de esta manera crear las condiciones de seguridad para que, posteriormente pudiese desplegarse, a mediados de ese mismo año, la Misión de Estabilización de Naciones Unidas para Haití (Minustah)».
¿Cuáles son algunos de los hitos de esta permanencia en Haití?
«A modo de ejemplo, el despliegue con medios aéreos nacionales y en 72 horas de un ‘Batallón Liviano de Infantería de Ejército’ como parte de la MIFH. Eso demostró la reacción inmediata de los medios militares y la capacidad proyección de nuestras Fuerzas Armadas, transformándose Chile en el primer país latinoamericano en llegar a Haití. Por otra parte, la primera unidad de la Minustah fue precisamente una unidad militar chilena, la cual fue «rehateada»(cambiada de boina verde a celeste) desde la MIFH a la Minustah, permitiendo con ello dar vida a la nueva Misión de la ONU. «Nos consta el agradecimiento del pueblo haitiano, particularmente los habitantes del Departamento Norte, ya que fue en Cabo Haitiano donde fe establecida la Base del ‘Batallón Chile'». Ministro de Defensa José Antonio Gómez
¿Se esperaba el Gobierno un gasto tan grande de US$177 millones en esta operación de 13 años?
«Los costos involucrados han sido informados anualmente, en acuerdo con la ley, al Congreso. Estos costos implican remuneraciones, equipamiento y sostenimiento logístico de una operación de paz a casi 6.000 kilómetros de Chile. Es importante señalar que esta operación fue financiada por una parte con el aporte solidario de Chile y, asimismo, por un sistema de reembolsos de la ONU. Dentro de los costos también están consideradas las inversiones de ciertas capacidades que fueron adquiridas y que permanecen dentro del sistema militar chileno».
¿Por ejemplo?
«Existen variados. Uno de ellos es la capacidad otorgada a nuestros pilotos y helicópteros para efectuar vuelo en condiciones nocturnas y en climatología adversa. Todos hemos visto con ocasión de las recientes emergencias naturales en nuestro territorio como nuestros pilotos y sus aeronaves operan tanto de día como de noche en condiciones extremas. La mayoría de los pilotos nacionales recibieron el apropiado entrenamiento en Chile y tuvieron la oportunidad de demostrar su eficiencia en Haití, siendo las únicas aeronaves que podían operar en vuelo nocturno. Todo ese acervo profesional y equipamiento tecnológico están incorporados actualmente a los helicópteros de la Fuerza Aérea y Ejército».
¿A su juicio valió la pena ese alto gasto?
«Si se mira cualquier cifra en forma fría y aislada siempre llamará la atención un gasto, sin embargo lo aportado por nuestro país debe verse bajo una óptica de Estado. En el contexto anterior ha sido una inversión real en seguridad y defensa como país miembro de un sistema integrado internacional, solidario con quienes así lo necesitan y responsable en el contexto regional e internacional. Sumado a lo anterior, de igual manera debe verse bajo una visión de incremento de nuestras capacidades y experiencia para nuestras FF.AA., en este sentido nuestros militares no son lo mismo antes que después de esta gran operación de paz, muchas son las demostraciones que así lo demuestran ya sea de carácter sociológico militar, capacidad de disuasión y acción en beneficio de la población civil, pero lo más importantes es el gran reconocimiento de la población chilena como asimismo de parte de la comunidad internacional».
Fuente: Emol.com – http://www.emol.com/noticias/Nacional/2017/03/09/848458/Que-gano-Chile-luego-de-enviar-tropas-durante-13-anos-a-Haiti.html