El acuerdo suscrito con CONAF busca ayudar a pequeños y medianos propietarios de O’Higgins, Maule, Ñuble y Biobío, para recuperar los bosques perdidos durante los incendios de 2017 y apoyar el desarrollo silvicultor de la zona.
Un fundo en Rucahue en la Región del Maule, fue el escenario para la firma de un convenio público privado entre la Corporación Chilena de la Madera (CORMA) y la Corporación Nacional Forestal (CONAF), que busca recuperar los bosques quemados durante los incendios de 2017. En la instancia participó el presidente de CORMA Maule, Leonardo Vergara, el ministro de Agricultura, Antonio Walker y el director Ejecutivo de CONAF, José Manuel Rebolledo.
En el acuerdo, CORMA comprometió la entrega de 4 millones de plantas que se encargarán de reforestar los terrenos de pequeños y medianos propietarios que perdieron sus bosques en 2017. “Estamos muy comprometidos en la recuperación de la capacidad forestal del Maule, y por ello valoramos el compromiso del ministro de Agricultura y CONAF para dar un fuerte impulso a la recuperación de terrenos dañados por los incendios, a partir del trabajo colaborativo entre los sectores público y privado”, comentó el presidente de CORMA, Juan José Ugarte, respecto a la iniciativa.
Al respecto, el ministro Walker sostuvo que “queremos apoyar el desarrollo del sector forestal afectado por los últimos incendios, por eso el programa de Reforestación Bosques Quemados tiene el objetivo recuperar aquellas superficies afectadas a partir del año 2017, entre las regiones de O´Higgins, Maule, Ñuble y Biobío, con énfasis en predios pertenecientes a pequeños y medianos propietarios y comunidades indígenas. Además, vamos a firmar un convenio entre CONAF y CORMA para desarrollar un trabajo en conjunto en beneficio de los pequeños y medianos propietarios forestales afectados por los incendios”.
El acuerdo se enmarca en el programa “Bosques Quemados”, donde se espera recuperar gran parte de las superficies afectadas hacia el 2022. Por eso, solo este año, CORMA entregará 300 mil árboles para comenzar con el proceso de reforestación y dar un alivio a los pequeños y medianos productores afectados.
“Esto es un potente impulso a la plantación, en una zona que da trabajo a miles y miles de personas que laboran en los pequeños aserraderos de esta región. Ellos han puesto de pie al sector forestal chileno, y es el momento de volver a mirar con esperanza este futuro basado en una nueva generación de bosques”, enfatizó Juan José Ugarte.
Agregó que “las 4 millones de especies que se plantarán en los terrenos afectados serán una importante contribución al combate del cambio climático, ya que serán sumideros de carbono gracias a sus procesos de fotosíntesis. El planeta requiere con urgencia de más árboles, ya que ellos nos otorgan una respuesta sustentable y ambiental para mitigar los efectos de la emergencia climática”.
El gerente regional de CORMA, Leonardo Vergara, indicó que “en Maule hay 150 mil hectáreas de suelos productivos, que estaban cubiertos por bosques que sustentaban la industria de la madera pyme, y que fueron afectados por los incendios. Esta superficie se requiere reforestar con urgencia, tanto por razones ambientales -porque el suelo quedó descubierto y expuesto a la erosión- como por razones sociales, precisando, que al menos 100 mil de estas hectáreas, pertenecen a propietarios pequeños”.
En 2016 y 2017, Chile vivió una de las peores temporadas de incendios rurales y la Región del Maule fue una de las más afectadas, ya que más de 252 mil hectáreas fueron arrasadas por las llamas.