DW FEW (AFP, EFE)
Los manifestantes consiguieron penetrar en la sede diplomática y quemaron parte del muro que la rodea, así como algunas cabinas y torres de vigilancia.
Centenares de manifestantes simpatizantes de las milicias progubernamentales Multitud Popular, integradas principalmente por chiíes, irrumpieron este martes (31.12.2019) en la Embajada de Estados Unidos en Bagdad tras los ataques estadounidenses del domingo por la noche contra posiciones de esa agrupación armada.
Miles de manifestantes atravesaron los puestos de control que normalmente restringen el acceso a la Zona Verde de alta seguridad, donde está la embajada, gritando «Muerte a Estados Unidos».
Las fuerzas de seguridad se desplegaron delante de las puertas de la embajada, mientras que los manifestantes quemaron banderas estadounidenses y arrancaron las cámaras de seguridad.
«Estados Unidos es el gran Satán»
Con pancartas que rezaban «El Parlamento debe expulsar a las tropas estadounidenses, si no, nosotros las echaremos» o «Cierren la embajada estadounidense de Bagdad». Gritaban: «Estados Unidos es el gran Satán».
Los manifestantes iban vestidos con el uniforme de combatientes de las Fuerzas de Movilización Popular, una coalición de paramilitares dominada por facciones chiitas proiraníes a la que pertenecen las brigadas de Hezbolá, la facción atacada en los bombardeos.
Según una fuente del Ministerio del Interior iraquí que pidió el anonimato, ni el embajador ni funcionarios estadounidenses se encuentran dentro del edificio.
Enfrentamientos
Los guardias se han enfrentado a los manifestantes y han empleado métodos antidisturbios, y al menos 20 de los asaltantes resultaron heridos por los gases lacrimógenos y disparos de bala, según dijo la Multitud Popular en su cuenta de Twitter sin ofrecer más detalles.
Mientras, las fuerzas de seguridad iraquíes se han dirigido a la sede diplomática varias horas después de que fuera asaltada, pero de momento no han intervenido debido al gran número de manifestantes comparado con el número de efectivos.
Por su parte, el primer ministro dimisionario y comandante de las Fuerzas Armadas de Irak, Adel Abdelmahdi, pidió a los manifestantes que se retiren «inmediatamente» de la zona, según un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias INA.
Abdelmahdi aseveró que «cualquier ataque contra embajadas y misiones diplomáticas va a ser impedido y castigado severamente».
Por su parte, el presidente estadounidense, Donald Trump, acusó a Irán de «orquestar» el asalto contra la embajada. «Irán mató a un contratista estadounidense, hiriendo a muchos. Respondimos con contundencia, y siempre lo haremos. Ahora Irán está orquestando un ataque a la embajada de EEUU en Irak», dijo Trump en su cuenta de Twitter.
Los bombardeos, que Washington ordenó en represalia por la muerte de un contratista estadounidense en un ataque con cohetes contra una base en Irak, atizaron el sentimiento antiestadounidense.
El ataque con cohetes no fue reivindicado, pero Estados Unidos lo achacó a la facción chiita de las brigadas de Hezbolá.
Las Fuerzas de Movilización Popular, que ayudaron al poder iraquí en la lucha contra los yihadistas, fueron integradas en el ejército del país.