Estaciones meteorológicas: Tecnología que siembra cambio en la agricultura

 

La crisis climática golpeó fuerte a Chile. Hoy, parámetros como la humedad, temperatura, precipitación o el viento cambiaron su comportamiento y por ello, los agricultores necesitan de un registro acorde a sus necesidades.

Conocer el comportamiento de las variables meteorológicas es fundamental para el adecuado manejo de todos los cultivos, ya sea al aire libre como también en invernaderos, especialmente los ubicados en climas extremos.

La agricultura tiene directa relación con el tiempo atmosférico, ya que los cultivos dependen del agua y la temperatura para crecer. Precisamente en este ámbito las estaciones meteorológicas comienzan a cobrar importancia para realizar mediciones y pronósticos del tiempo que son fundamentales a la hora de obtener productos de buena calidad, sobre todo en la coyuntura actual del cambio climático, donde se necesita registrar la mayor cantidad de datos de este nuevo escenario.

En la actualidad es posible utilizar instrumentos como termómetros, pluviómetros, barómetros y anemómetros, todo depende del presupuesto, y de esta manera armar una estación según las necesidades del usuario. “Sin embargo, también existen en el mercado diferentes estaciones meteorológicas automáticas que incluyen todos los instrumentos antes mencionados, pudiendo incluso pronosticar la tendencia del tiempo para días futuros”, asegura Andrés Moreno, ingeniero agropecuario, diplomado en gestión ambiental de la Universidad de Chile y consultor independiente.

En sectores del país afectados por la crisis hídrica el registro de datos es fundamental para saber a qué nos enfrentamos. “La información que se puede recopilar de un pluviómetro, que mide los milímetros de agua caída en cada lluvia, permite calcular la cantidad de agua disponible para ser almacenada y utilizada en los cultivos de la agricultura urbana”, explica el experto.

Y agrega: “En climas extremos donde principalmente tenemos cultivos en invernaderos, el tener claro cuál es el comportamiento de las variables climáticas es fundamental para el adecuado manejo de estos”.

Moreno explica que para la agricultura urbana las estaciones meteorológicas empiezan a convertirse en herramientas transcendentales, ya que registran entre otras cosas, la cantidad de lluvia anual de sus localidades. “Esto es muy importante para lo que se denomina cosecha de agua, que es la captura y acumulación de aguas lluvia en estanques para regar los cultivos en verano”, dice.

Lorena Droguett, emprendedora y quien hace tres años ofrece estaciones meteorológicas en su sitio www.fullmundo.cl, menciona que el cambio climático comenzó a afectar zonas del país que antes presentaban registros estables, “por ello, actualmente las estaciones meteorológicas son muy requeridas por agricultores y personas que deseen llevar control de la temperatura en sus hogares, parcelas o predios agrícolas”, dice.

Datos meteorológicos

Sara Alvear, Agrónoma de la Sección Meteorología Agrícola de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), explica que el registro instantáneo de las variables meteorológicas con una estación propia, permite conocer las condiciones del momento en un lugar determinado y compararlas con los registros históricos. “Por ejemplo: se puede saber si está más cálido o si ha llovido menos que otros años. También permite identificar las características del lugar donde está la estación, respecto de otras localidades que poseen estaciones meteorológicas oficiales y públicas, por ejemplo: en un lugar A hay más frecuencia de heladas que en el lugar B”, explica.

La profesional indica que para que estos datos puedan ser tomados como referencia deben estar cerca del lugar donde se desarrollan los cultivos de interés y la estación debe contar con algunos requisitos mínimos para el registro de datos de buena calidad.

Recalca que los datos meteorológicos permiten también construir un historial climatológico que, con una estadística de 30 años, dan cuenta de la climatología de un lugar. Esto es, las condiciones medias que caracterizan dicha región y a las que están expuestas las plantas cultivadas ahí. “Por lo tanto, permiten conocer qué cultivos o plantas se pueden cultivar en determinado lugar y qué potenciales medidas, de corto y largo plazo, se deberían tomar para su resguardo en caso de que estas especies no estén adaptadas a las condiciones ambientales de esa zona. Es decir; si hay que controlar heladas, regar con mayor frecuencia, cuánto se debe regar, si es posible instalar un invernadero o cortavientos, entre otros”, indica.

En el caso de nuevos cultivos, la climatología de un lugar (registros históricos de variables meteorológicas tales como temperatura y precipitación, entre otros) ayuda a conocer las características ambientales de ese lugar y así proyectar qué especies vegetales se pueden cultivar.

“Si existe escasa precipitación no se pueden cultivar especies que demanden mucha agua, planificar no regarlas y depender de las lluvias (agricultura de secano) o bajo el mismo escenario, planificar regar una gran superficie si la disponibilidad de agua para riego es limitada”, afirma y agrega: “Por otra parte, si la idea es cultivar especies durante todo el año que son medianamente sensibles a las heladas en una zona de heladas otoñales, inviernos crudos o heladas primaverales, hay que proteger el cultivo con barreras físicas o técnicas de manejo especiales. En definitiva, los registros históricos entregan un marco para planificar el proyecto de cultivos”.

 

 

 

 

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