La nueva crisis de deuda que enfrenta Argentina, en medio de la pandemia del coronavirus, y la caótica respuesta de Brasil a la emergencia sanitaria han sido tema esta semana en la prensa alemana.
El periódico económico Handelsblatt, de Düsseldorf, publica un comentario con el título «Argentina está al borde del abismo», que apunta: «Argentina ya tiene acostumbrados a los inversionistas: primero, se negocia hasta el último minuto sobre una reestructuración de la deuda. Luego, el gobierno anuncia en el último momento que no pagará. Esto ya ocurrió dos veces desde 2001 y 8 veces en la historia de la segunda mayor economía sudamericana. (…)
El gobierno del peronista Alberto Fernández quiere evitar el default por su propio interés. Porque ya antes de la crisis del coronavirus, el país se encontraba en una profunda crisis económica. (…) Un cese de pagos volvería a convertir a Argentina en un paria de los mercados financieros internacionales. Se cortaría el acceso del país a créditos exteriores e inversiones. Esa es la razón por la que también la mayor parte de la población quiere evitar el cese de pagos. Demasiado fresco está el recuerdo de las catastróficas consecuencias de la última crisis de la deuda.
El presidente Fernández ha ganado popularidad con su sensata estrategia ante la pandemia. Pero si no consigue una renegociación de la deuda, no le quedará otra opción que seguir el camino que su vice, Cristina Fernández de Kirchner, quisiera emprender de inmediato. Es el camino que ella misma tomó durante ocho años, cuando gobernaba el país; el camino del aislamiento político y económico.»
«La situación es dramática»
El diario muniqués Süddeutsche Zeitung publicó por su parte, el 18 de mayo, una entrevista al ministro de Economía argentino, Martín Guzmán. Cuando el periodista le hace notar que justamente algunos de los grandes acreedores rechazan la propuesta de reestructuración, el ministro señala: «La situación es dramática. La vida de millones de personas depende del resultado. Ya ahora, la pobreza es de un 35 por ciento, entre los niños menores de 14, incluso llega al 52 por ciento, y el desempleo es de dos dígitos». Pregunta entonces el entrevistador: «¿Convencerá eso a los acredores de renunciar a dinero?» La respuesta de Martínez: «Estamos en una encrucijada. A nivel internacional, muchos países tienen ahora problemas financieros. Los acreedores también tienen que pensar en eso. La humanidad debe actuar unida».