El próximo 3 de noviembre los estadounidenses están citados con las urnas para decidir si le dan 4 años más a Donald Trump o si por el contrario es Joe Biden el nuevo presidente estadounidense. Una carrera de solo cinco meses en la que hay dos grandes acontecimientos que pueden marcar las aspiraciones de uno y otro: el coronavirus y los disturbios raciales por la muerte de Floyd George a manos de un policía.
Circunstancias estas que pueden ser decisivas de cara a la decisión final. Es al menos lo que auguran las encuestas.La última de ellas , publicada por el diario Washington Post y la cadena ABC, echa un jarro de agua fría sobre Trump y su intento de alcanzar la reelección debido a su gestión de la pandemia.
Según los datos, Biden sería el favorito entre los votantes registrados con una diferencia de 10 puntos porcentuales (53% frente a 43%). Hace dos meses, justo cuando se inició la crisis del coronavirus en el país, solo había dos puntos entre ambos candidatos, por lo que el exvicepresidente de Obama ha sido capaz de aumentar su ventaja de forma ostensible en estas últimas semanas
Un dato para la esperanza del actual presidente es que si solo se toma en cuenta a los electores que dicen que irán a votar con total seguridad, el margen de ventaja de Biden se estrecha y marca un 51% frente a un 46%, lo que se puede traducir como que Trump tiene unos apoyos más fieles.
Además, un 53% de los encuestados desaprueban su gestión frente a un 45% que sí la aprueban.
Pres. Trump’s job approval rating is back under water, 45-53%, with a seven-point rise in disapproval since late March, new @ABC News/WaPo poll finds. https://abcn.ws/2TWRjJB
Si finalmente el magnate neoyorquino termina perdiendo sería el quinto presidente que no logra la reelección desde 1900 y el primero en no conseguirlo en casi 30 años. Antes de Trump fueron Herbert Hoover (1932), Gerald Ford, que se había convertido en presidente tras la renuncia de Nixon (1976), Jimmy Carter (1980) y George Bush (1992). Los tres últimos presidentes (Clinton, George Bush hijo y Obama) sí lograron revalidar cargo.
Los sondeos muestran la dificultad que puede tener Trump para mantenerse en la Casa Blanca, pero lo cierto es que se trata solo de encuestas, que no siempre son indicativas de lo que finalmente pasa. Por poner un ejemplo reciente, en 2016 la gran mayoría de ellas daban una victoria rotunda de Hillary Clinton por encima del propio Trump y finalmente el magnate terminó llevándose una holgada victoria después de una gran remontada en los últimos días.
Una capacidad de superación que también había mostrado durante las primarias republicanas. A pesar de que un 60% de los encuestados creían que no sería elegido, su buena valoración y la crítica al establishment tradicional finalmente posibilitaron su nominación.
Antecedentes estos que obligan sin duda a tomar las encuestas con prudencia. Al estar en la presidencia, cualquier acierto o error en su gestión pueden hacer que suba o caiga en los sondeos. Y actualmente tanto el coronavirus como el caso George Floyd pueden influir.
El impacto del coronavirus
En lo que respecta a la pandemia, su gestión ha sido muy discutida. Estados Unidos suma casi dos millones de contagiados y supera las 100.000 muertes por la pandemia, el país que más infectados y víctimas tiene en el mundo. Trump no ha ordenado en ningún momento el confinamiento de toda la nación y solo algunos estados han optado por la cuarentena, mientras que el presidente ha insistido en no parar una actividad económica que se está viendo muy resentida.
Más de 36 millones de personas habían pedido a mediados de mayo la prestación por desempleo, unos niveles que no se veían desde la Gran Depresión de 1930 y que llegan después de varios años de crecimiento en el país. Cabe recordar que el republicano ha tenido momentos controvertidos en las últimas semanas como por ejemplo cuando sugirió inyectar desinfectante a los enfermos del COVID-19. Sus críticas a la OMS también pueden influir.
Por otro lado, la muerte de George Floyd a manos de un policía ha generado gran controversia y se han producido numerosas protestas sociales con Minneapolis como gran epicentro. Aunque el caso todavía no se está reflejando en las encuestas, hay que tener en cuenta que el voto afroamericano es muy importante para alcanzar la Casa Blanca, por lo que la gestión de este suceso puede marcar las aspiraciones presidenciales de los dos candidatos.
Aunque de momento Trump marcha por detrás, las enseñanzas de campañas anteriores muestran que sus opciones siguen intactas. Dejar atrás el coronavirus y su consiguiente mejora económica y una buena gestión de la crisis George Floyd pueden disparar sus posibilidades.