La zona de libre comercio más grande del mundo se construyó bajo el dominio chino. El experto en comercio Rolf Langhammer conversa con DW sobre globalización, la Unión Europea y el nuevo presidente de Estados Unidos.
Antes de que Donald Trump asumiera el poder, Estados Unidos trabajaba en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) con todos los países del Pacífico, salvo con China. A poco de llegar a la Casa Blanca, Trump sacó a su país de ese pacto. Ahora hay otro más grande, con China y sin EE. UU. ¿Perdió EE. UU. influencia en la región?
Sí, Estados Unidos perdió influencia. Y por su propia voluntad. El presidente Trump nunca debió renunciar al TPP. La negociación estaba terminada y era un buen acuerdo. De hecho, era uno muy profundo, que había alcanzado muchos puntos novedosos, como por ejemplo reglas para el comercio digital. Y, definitivamente, era en interés de los mismos estadounidenses. Y ahora se quedan con las manos vacías, porque el acuerdo chino es mucho más plano, en el sentido de que contiene menos elementos novedosos, pero esencialmente apoya la liberalización comercial. Después de todo, engloba a gran parte de los estados de Asia Pacífico. Y China marcará la pauta allí.
¿Cuánto poder ganó China con este acuerdo?
No más poder que el que ya tenía por su propia fuerza política y económica. Pero envía una potente señal de que está en condiciones de alcanzar acuerdos individuales con los estados de la ASEAN, como ocurrió a fines de la década de 1990 tras la crisis asiática, pero también con la región completa, incluidos Japón y Corea del Sur. La inclusión de Japón es particularmente importante, porque es el país que, tras la retirada de EE.UU. del TPP, trabajó para que los otros once países se quedaran en el acuerdo. Pero no pudo escapar a la insistencia de China o los estados de la ASEAN, porque son socios comerciales importantes para Japón.
Muchos países industrializados le temen a China, porque puede pasar rápidamente de ser un cliente a convertirse en competidor. ¿Qué motivación pudieron tener Japón, Corea del Sur, Australia y otros países desarrollados para ingresar a este acuerdo? ¿No temen que China les pase por encima?
En primer lugar, estos países probablemente no tuvieron otra opción y, en segundo lugar, también les interesa estar ahí. Si no se hubieran sumado al acuerdo, podrían haber recibido luego un trato desventajoso al momento de invertir en China. Después de todo, China lo que quiere es atraer más inversión extranjera, pero también controlar lo que se hace con esas inversiones en su mercado. Y allí Japón y Corea del Sur no tuvieron más remedio que aceptar el acuerdo para no ver afectadas sus propias inversiones en China.
¿Qué significa esta zona de libre comercio para le Unión Europea?
La Unión Europea se limita a sí misma al vincular sus acuerdos económicos con objetivos políticos. Esto incluye los derechos humanos, pero también la sustentabilidad, la protección de la sociedad civil y la promoción de las pequeñas y medianas empresas. La UE intenta conseguirlo en acuerdos como el que negocia con Mercosur, pero es muy difícil en el sudeste asiático, donde los derechos humanos no son un foco de interés. Por ejemplo, la UE no ha podido cerrar ningún acuerdo con los estados de la ASEAN porque países como Tailandia (con un gobierno militar) o Myanmar (por su trato con los rohinya) no cumplen con los criterios que la UE considera necesarios.
Actualmente, Europa tiene dos acuerdos de libre comercio muy importantes con Japón y Corea del Sur. Y tiene también un intento de alcanzar un acuerdo bilateral de protección de inversiones con China. Las negociaciones llevan siete años y debieron terminar este año, durante la presidencia de Alemania de la UE. Pero eso no ocurrió. Ahora la UE debe decidir: o se distancia de sus estrictas directrices en materia de diálogo político o se quedará atrás de los países asiáticos a la hora de celebrar acuerdos.
¿Y qué significa este acuerdo para la política económica del futuro presidente de Estados Unidos, Joe Biden?
Como presidente, Biden primero tendrá que actuar en asuntos de política interna. Yo creo que, en el corto plazo, no dará ningún impulso significativo para corregir lo que ha hecho el presidente Trump. Es probable que la UE presione para que se reanuden las conversaciones estancadas sobre un acuerdo de libre comercio transatlántico (TTIP), y eso podría tener una respuesta positiva de parte de Biden. El TPP no será retomado por Biden en el breve plazo. Y alcanzar un acuerdo con China… eso será absolutamente imposible.
El experto en comercio exterior Rolf Langhammer es profesor del Instituto de Economía de Kiel. DW (dzc/few)