En la ciudad de Coyhaique, en plena Patagonia, donde las temperaturas en invierno pueden llegar a -15° grados, se encuentra un grupo de jóvenes mujeres realizando el Servicio Militar. La mayoría proviene de otras regiones y algunas de ellas nunca habían estado tanto tiempo fuera de su hogar, y mucho menos en la zona austral. Sin embargo, hay algo que las une y motiva. Es su vocación de servir a la patria, sobre todo en un momento tan complejo debido a la emergencia sanitaria causada por el Covid – 19.
Ellas forman parte de la Compañía de Telecomunicaciones N° 8 “Coyhaique” del Destacamento Motorizado N°14 “Aysén. La función de esta unidad es brindar enlace y comunicaciones a unidades militares y apoyar a la ciudadanía mejorando sus redes de comunicación, en caso de que alguna localidad así lo requiera.
La soldado conscripto Yameli Rojas G., proveniente de Talca, afirma que sus padres no entendían por qué una niña de tan sólo nueve años deseaba tanto ser militar, si en su familia nadie pertenecía o perteneció a las Fuerzas Armadas. Pero ella soñaba con convertirse en soldado. “Mi mamá no me hacía mucho caso, pensaba que eran cosas de niña. Yo no me perdía ningún desfile o parada militar, me imaginaba que algún día estaría ahí”. Y así fue como al cumplir 17 años se inscribió voluntariamente para realizar el Servicio Militar.
Sus padres fueron difíciles de convencer, especialmente su madre, pero al verla tan decidida, hoy la apoyan. “Terminado mi Servicio Militar quiero postular a las Escuelas Matrices y continuar con la carrera militar, cumplir mi sueño”, puntualizó Yameli.
En un comienzo, los soldados conscriptos realizan el período llamado Fase de Formación del Combatiente Individual, que corresponde a la primera etapa del período de especialización técnica con el propósito que los jóvenes sean capaces de aplicar procedimientos técnicos de combate básicos. Dentro de esta fase se encuentran las instrucciones de tiro, lanzamiento de granada, primeros auxilios, esgrima de corvo, orientación de carta y brújula. Sobre esta última instrucción, el instructor Cabo Primero Juan Lagos P., indica que “Acá los soldados aprenden como ubicarse y orientarse en el terreno, con la finalidad de formarse como combatiente individual y a futuro emplear los equipos de telecomunicaciones”.
Finalmente, estas jóvenes soldados recién inician un camino de entrenamiento, que a punta de perseverancia y empuje cumplen con su deber cívico, comprometiéndose voluntariamente a salvaguardar la Patria hasta rendir la vida si fuese necesario.