Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 han traído algunas medallas de oro inesperadas para países y equipos que rara vez, o nunca, ven a sus atletas en el podio. Aquí hay un vistazo a algunas de ellas.
Islas Bermudas
El país de solo 65.000 habitantes -todos cabrían en el Estadio Olímpico de Tokio- tiene su primera medallista de oro después de que Flora Duffy ganara el triatlón femenino el martes. Ella es una de los dos únicos atletas que representan el territorio británico autónomo en los Juegos de Tokio 2020. Duffy tuvo que aguantar el viento y la lluvia torrencial para ganar la presea de oro mientras una tormenta avanzaba por la costa japonesa. «Fui la primera esperanza de medalla de Bermuda en muchos años. Quería lograr esto para mí y para mi país», dijo.
Filipinas
Después de 97 años de competir en los Juegos Olímpicos, Filipinas finalmente tiene una medalla de oro para celebrar. Hidilyn Díaz se enfrentó a la poseedora del récord mundial en la categoría de halterofilia femenina de 55 kilogramos, y le ganó. Díaz ahora espera con ansias el tan esperado regreso a casa después de que la pandemia de coronavirus la dejó varada en Malasia sin ver a familiares y amigos. «A toda la generación joven de Filipinas les digo: sueñen alto », aseveró la atleta filipina.
Hong Kong
Hong Kong ganó por última vez una medalla de oro hace 25 años, un año antes de que la ciudad portuaria fuera devuelta a China por Gran Bretaña. Entonces, Lee Lai Shan recibió el honor de ver instalada una escultura en su honor frente a la playa, tras haber ganado el oro en la competencia de windsurfing. El esgrimista Cheung Ka Long podría seguirle en la línea de honor después de convertirse en el segundo campeón olímpico de Hong Kong con la victoria en el sable masculino el lunes. «Significa mucho mostrarle al mundo que podemos ser campeones», dijo Cheung.
Kosovo
Kosovo se ha hecho un nombre en el judo desde que el país debutó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016. La nación balcánica tiene tres medallas en su historia: todas de oro, todas ganadas por mujeres y todas en judo. Majlinda Kelmendi abrió el camino cuando ganó la categoría de 52 kilogramos hace cinco años. Cuando Distria Krasniqi y Nora Gjakova ganaron el oro en Tokio, Gjakova rindió homenaje al ejemplo pionero de Kelmendi y dijo que «ella nos abrió la puerta para soñar en grande».
Túnez
El país norteafricano había ganado cuatro medallas de oro desde su debut olímpico en los Juegos de Roma, en 1960. La cuenta llegó a cinco, después de una sorprendente victoria del nadador de 18 años Ahmed Hafnaoui, en los 400 metros estilo libre masculino. «Tenía lágrimas en los ojos porque cuando vi la bandera de mi país y escuché el himno de fondo, fue genial», dijo Hafnaoui. Podría subir al podio por segunda vez en los 800 metros, el jueves.
Estonia
El país del norte de Europa de 1,3 millones de habitantes obtuvo su primera medalla de oro olímpica desde 2008, y la primera en esgrima, después de que su equipo femenino de espada venciera a Corea del Sur 36-32 en la final. Katrina Lehis anotó los puntos decisivos después de que el marcador estaba nivelado antes de la pelea final. El espíritu de equipo fue crucial para la victoria estonia. El equipo recibió una llamada del presidente Kersti Kaljulaid poco después, y Lehis tiene grandes esperanzas en el futuro de la esgrima en su país. «Creo que ahora es algo así como el deporte nacional », dijo.
Turkmenistán
No fue una medalla de oro, pero significó mucho para Turkmenistán, una nación escasamente poblada de Asia Central. Polina Guryeva fue la primera atleta que representó a un Turkmenistán independiente, en lugar de la ex Unión Soviética, y llegar al podio con la medalla de plata en levantamiento de pesas. Su levantamiento final para asegurar una medalla provocó celebraciones estridentes entre los oficiales del equipo, quienes se abrazaron y sostuvieron grandes banderas. La reacción de Goryeva fue más ecuánime al decir: «Creo que he entrado en la historia de Turkmenistán».
EL(ap)