Las islas Canarias están sobre la placa continental africana, que “flota” sobre el manto terrestre en dirección este a una velocidad similar a la que crecen las uñas.
Hace unos 20 millones de años, la placa comenzó a pasar sobre un “punto caliente”, que inyectó magma y empezó a crear las primeras islas: Fuerteventura y Lanzarote. La Palma y El Hierro son las islas más “jóvenes”, con apenas 1,8 y 1,2 millones de años de edad respectivamente. El “punto caliente” está aún bajo ellas y por eso tienen volcanes activos que las hacen crecer en extensión y superficie.
Los vulcanólogos creen que en estos momentos la manga de magma está debajo de La Palma. En 2011 creó un volcán submarino en la isla de El Hierro que estuvo a punto de llegar a la superficie. Es así como nacieron todas las islas, que son en realidad enormes volcanes. Desde el fondo del mar, La Palma mide unos 6500 metros de alto, casi tanto como la mayor cima de los Andes. Del mismo modo, las islas más viejas, Fuerteventura y Lanzarote, están desapareciendo por la erosión y acabarán sumergidas.
Carracedo señaló que desde 1493 se registraron otros siete volcanes cuya lava se llevó por delante casas, cultivos e incluso puertos. Pero su impacto fue menor a la actual erupción debido a que la isla estaba mucho menos poblada y no existían motores económicos como el turismo o los invernaderos de bananas.
Las coladas destruyeron o dañaron más de 1000 edificios, mucho más que lo registrado en otras erupciones. Es el último capítulo de una historia de vulcanismo que empezó hace más de 20 millones de años. Aunque es un fenómeno a la vez destructivo y creador, pues sin los volcanes no existiría ninguna de las islas Canarias.
Una de las mayores preguntas sobre la erupción de La Palma es de dónde viene exactamente el magma que sale por las bocas del volcán. Otra es si brota instantáneamente o tarda en salir millones de años. Los vulcanólogos piensan que bajo las Canarias hay un punto caliente, un depósito de magma a muy alta temperatura que continuamente busca la forma de salir a la superficie, produciendo terremotos y abombando la superficie de las islas hasta que la resquebraja.
Es el mismo tipo de vulcanismo que creó el archipiélago de Hawái, en Estados Unidos. En cualquier caso, la teoría del “punto caliente” es controvertida porque por sí sola no puede explicar por completo todo el vulcanismo de Canarias, por ejemplo las erupciones en islas viejas como Lanzarote en tiempos relativamente recientes.
“En el ‘punto caliente’ el magma está a unos 200 grados más, lo que le hace más boyante”, detalla Carracedo. “Es como si uno empujara una pelota al fondo de una pileta y saliera disparada hacia la superficie. Es el proceso que ha creado todas las Canarias y aún continúa”, explica el vulcanólogo. Del mismo modo, las islas más viejas, Fuerteventura y Lanzarote, están desapareciendo poco a poco por la erosión y acabarán desapareciendo bajo el mar.
Actividad
En 2017, un buque de investigación localizó una zona a 400 kilómetros al oeste de la isla de El Hierro donde descubrieron nuevos volcanes submarinos que tuvieron actividad reciente o podrían tenerla incluso en la actualidad. Están a unos 5000 metros de profundidad. Tiene todo el sentido que estén al oeste pues concuerda con el movimiento de la corteza sobre el punto caliente. “Creemos que estos son los embriones de las nuevas islas Canarias”, explica Luis Somoza, geólogo marino del Instituto Geológico y Minero (IGME).
Al sur de la zona mencionada hay otros volcanes sumergidos ya extintos a los que algunos científicos apodan “las abuelas” de las Canarias. Aparecieron hace unos 120 millones de años por la acción de otro punto caliente, emergieron del mar y después volvieron a hundirse hace unos 70 millones de años, más o menos cuando se estaban extinguiendo los dinosaurios.
Los volcanes de las Canarias son fundamentales para que España pueda expandir sus fronteras marinas. Las investigaciones del equipo de Somoza sustentan una petición a la ONU que sostiene que algunas de las islas sumergidas son parte de las Canarias y por tanto debe ampliarse la zona económica exclusiva que otorga derechos especiales a España sobre esas aguas. Si la propuesta es aprobada, se podría ganar un territorio marino equivalente a la mitad de la España continental, según los responsables del proyecto.
“Si parte de la isla se derrumba y cae al mar, es una prolongación natural del terreno emergido, con lo que formaría parte de las fronteras de España”, detalla Somoza.
“Otra forma de crecer es que emerja una nueva isla, como casi sucedió en 2011 tras la erupción volcánica submarina de El Hierro. Se quedó a solo 80 metros de la superficie. Si hubiera emergido, este sería el nuevo límite territorial de El Hierro”, añadió.
Fuente: El País