Un paso importante para la mujer en la Escuela Militar

A pleno sol y con el sonido de la Banda de Guerra de fondo, los alumnos de la Escuela Militar daban comienzo a una de las prácticas habituales que realizan en el recinto ubicado en la comuna de Las Condes, claro que en esta ocasión existe una diferencia, dos jóvenes cadetes femeninas unían para tomar el puesto en los instrumentos de viento. Pero lo anterior no es cualquier hecho, sino uno histórico, ya que las cadetes Ninoska Oyaneder y Paulina Manríquez fueron las primeras mujeres que desfilaron en la Parada Militar formando parte de la Banda de Guerra de la Escuela Militar.

“Cuando miraba a los penachos rojos en la Parada Militar decía yo quiero estar ahí y formar parte de la Banda de Guerra” así es como Ninoska, cadete de segundo año de la Escuela Militar, manifestaba su sueño que imaginaba incluso cuando participaba en la Banda de Guerra de su colegio. Asimismo, rompiendo paradigmas y siguiendo su vocación, la joven cadete tras una larga preparación, desfiló orgullosa por ser una de las primeras mujeres en ocupar un espacio que marcará un precedente histórico.

Y es que a lo largo de los años en el Ejército, la mujer ha tomado terreno en algunas áreas que nunca antes había estado, partiendo desde el año 1995 en que el género femenino era admitido por primera vez en conjunto con los varones en la Escuela Militar. Desde ese momento se fue avanzando hasta que en el 2007 las cadetes femeninas dejaron de conformar una unidad de formación aparte y pasaron a integrar las unidades de fusileros vistiendo pantalón, casco y mochila al igual que sus camaradas varones.

Pero esta tarea de representar a la mujer en la Banda de Guerra no solo fue una labor que tuvo que llevar la cadete Oyaneder, ya que desde primer año en la Escuela conoció a su compañera Paulina, quien también desfiló en la Parada Militar versión 2021. “En mi colegio yo tocaba varios instrumentos y siempre me esforzaba por hacerlo de la mejor forma (…) Cuando escuché que no había mujeres en la banda, porque conllevaba un gran desafío, fue el momento en que quise esforzarme y llegar hasta donde estamos hoy en día”, así es como la joven manifestaba el orgullo, junto a su compañera, de plasmar un hecho histórico como este.

Claro que la preparación para formar parte de la banda es ardua y requiere dedicación, así es como el Profesor de la Banda de Guerra, Roberto Ibacache, destaca la labor de cada uno de los jóvenes que voluntariamente ingresan a esta unidad. “Esta labor requiere una preparación física como también académica y si bien alguien podría pensar que existe una diferencia entre el hombre y la mujer en la Banda de Guerra no es así, las jóvenes cadetes siempre han estado dispuestas a aprender y que en un futuro otras mujeres sigan ingresando a la Banda” además añadió que “Este es un excelente punto de partida que sin duda llegó para quedarse”.

Tras varias prácticas de formaciones, paso regular y marchas militares, las jóvenes pioneras en la Banda de Guerra quisieron cerrar la nota agradeciendo en primer lugar a su familia que siempre las ha apoyado y también a cada uno de sus compañeros e instructores mencionado que “sin ellos nada de esto hubiera sido posible, en la Banda de Guerra somos una familia (…) Junto a ella (Ninoska) partimos juntas en esto y terminaremos de la misma manera”, finalizó diciendo la cadete Manríquez.

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