La investigación “Constraints on Planetesimal Accretion Inferred from Particle-size Distribution in CO Chondrites” (Restricciones en la acreción planetesimal inferidas de la distribución del tamaño de partícula en condritas de CO) en la que trabaja Gabriel Pinto Morales, Geólogo y tesista del doctorado en Astronomía UDA, junto a un equipo multidisciplinario de científicos y estudiantes de Chile y Francia, proporciona nuevas evidencias sobre la La formación de asteroides como un paso clave en el ensamblaje de cuerpos planetarios.
El estudio, cuenta con el respaldo del Instituto de Astronomía y Ciencias Planetaria de la Universidad de Atacama y del Centre de Recherches Pétrographiques et Géochimiques (CRPG) de la Universidad de Lorraine en Francia, y fue publicado en la prestigiosa revista científica, The Astrophysical Journal Letters. A la luz de las evidencias, la investigación otorga un apoyo sustancial a la teoría de que los planetesimales se formaron a través del colapso gravitacional, esto a través del análisis de meteoritos encontrados en el Desierto de Atacama.
“Seleccionamos meteoritos que se caracterizan por ser primitivos, que no han sufrido variación en sus componentes del proceso de la formación de los mismos en la acumulación y acreción de estas rocas- y con éstos describir el tamaño de las partículas”, explicó el candidato a doctor en Astronomía y Ciencias Planetarias de la Universidad de Atacama,
Gabriel Pinto además agregó que “analizamos más de 8 mil partículas en los diferentes meteoritos que estudiamos y encontramos una correlación positiva entre el promedio del tamaño de las partículas y el aumento de la temperatura en los diferentes meteoritos a través de las características petrográficas que podríamos describir en el microscopio óptico o electrónico”.
De acuerdo a esta observación los científicos encaminaron una hipótesis acerca de la eventual existencia de un proceso físico-químico que incrementara el tamaño de las partículas asociados a la temperatura máxima que estos asteroides tuvieron en el proceso de formación. El investigador de la UDA comentó al respecto que “no se encontraron referencias o características acerca de que las temperaturas de estos primitivos cuerpos fueran lo suficiente para aumentar el tamaño de las mismas”.
La edad del Sistema Solar
Los cuerpos en estudio tienen la data del Sistema Solar, “sabemos que estas rocas son tan primitivas, a través de los isótopos inestables y con estos hacer las dataciones de uranio- plomo (o de aluminio- magnesio) de los diferentes componentes. Decimos que son primitivos porque la edad que nos entregan son 4.565 millones de años. Por lo tanto sabemos que los componentes de estas rocas estuvieron presentes en algún momento orbitando o flotando dentro de este disco protoplanetario antes de acumularse y agregarse dentro de estas rocas que hoy en día podemos estudiar”, puntualizó.
Pinto aseveró que en el caso específico de este estudio, “analizamos sólo el tamaño de los cóndrulos, que son unas esferas silicatadas que podemos encontrar en los meteoritos primitivos, que están compuestos principalmente de silicatos ferromagnesianos. Existen diferentes teorías y modelos que tratan de explicar cómo fue la formación de estos cóndrulos, pero se estima que el periodo de formación de estos cuerpos pudo haber sido desde el año cero de la formación de nuestro sistema solar hasta los 5 millones de años”.
Asteroides y Planetesimales
La investigación hace referencia al reciclaje de los componentes en la formación del Sistema Solar, en este sentido, a lo largo de miles de millones de años hubo diferentes eventos que pudieron haber refundido los componentes en la formación de los planetesimales y posteriormente de los planetas.
“Los planetesimales que estudio nunca cambiaron sus características. Estos cuerpos del orden de los 100 kilómetros de diámetro, nunca se agregaron a un cuerpo mayor para formar un cuerpo rocoso de miles de kilómetros de diámetro, como los planetas. Entonces mantuvieron sus características prístinas desde el momento de la acreción, sin haberse acumulado en otros cuerpos” detalló el geólogo cursante del doctorado en Astronomía.
Se estima que un asteroide de unos 20 kilómetros se puede haber formado de la colisión de asteroides mucho más grandes o también se puede haber formado prístino en este tamaño, sobre el particular Gabriel Pinto matizó que “en los libros de comunicación y divulgación científica se habla de que la formación de planetas y planetesimales viene de una historia de acreción de polvo de tamaño milimétrico a tamaño centimétrico, posteriormente a tamaño métrico, luego kilométrico y así se forman cuerpos más grandes. Cuando realizamos modelos astrofísicos para tratar de explicar estos pasos contínuos a través del crecimiento del cuerpo llegamos a la barrera del rebote. Cuando consiguen el tamaño de un metro de diámetro, las velocidades relativas hacen que colisionen, se fragmenten y reboten entre sí, lo contrario de una acumulación de cuerpos”.
Meteoritos del Desierto de Atacama
Gabriel Pinto centró su investigación en los meteoritos encontrados en el Desierto de Atacama, debido a que existen más 1.700 muestras oficialmente clasificadas, transformándolo en un lugar óptimo para su observación
“En un lugar donde no hay mucho desarrollo de esta Ciencia en Chile, actualmente no tenemos ninguna investigación que trascienda el reconocer que esta área geográfica tiene muchos meteoritos como empezar a investigar y mostrar la valoración que pueden llegar a tener los meteoritos, como en esta colaboración y gracias al estudio de las partículas de la distribución de cóndrulos en meteoritos que se encuentran en el Desierto de Atacama estamos interpretando cómo fue la formación de planetesimales hace 4.565 millones de años” destacó el científico.
El Geólogo UDA especializado en ciencias planetarias, se refiere a la trascendencia del estudio “Existe un valor más allá de lo patrimonial ligado al orgullo que sienten personas como yo al pertenecer a esta zona donde se emplaza el Desierto de Atacama. Esto se suma al valor científico que es completamente tangible y se refuerza con este tipo de investigaciones, las cuales son publicadas en un journal sumamente importante y que nos ayudan a entender cómo fue la formación de nuestro Sistema Solar”.
“Para mi es un honor y me siento muy feliz de poder haber hecho esta investigación en el proceso aprendí mucho, pero lo que me hace sentir más orgulloso es el hecho de haber utilizado meteoritos del Desierto de Atacama, que era uno de mis objetivos al momento de entrar al posgrado”, aseveró Gabriel Pinto Morales.
Vea más en el enlace: https://iopscience.iop.org/article/10.3847/2041-8213/ac17f2?fbclid=IwAR3Zu77BFJ_LbODB5uAhOHOGeZGu9GJ9RfAf_rZMWgBHQ-mns-JPMhErTZM