De San Pablo a Doha, el viaje que ensayó la Fórmula 1resultó una ruta de enredos y de riesgo. En el circuito de Losail, nada del ruido externo que envolvió durante la semana al Gran Circo desenfocó a Lewis Hamilton. El británico avisó que para batallar por la corona necesitaba de la energía que Mercedes descubrió en el Gran Premio de Brasil. Con la contundente pole y el abrumador triunfo en Qatar, el séptuple campeón ahora lanzó una advertencia rumbo a la definición: “Me siento más en forma que nunca”.
El título es, desde el comienzo, una batalla entre dos y cada episodio ofrece nuevas aristas con la que los gladiadores deben lidiar. La experiencia de Hamilton y de Mercedes encontró respuestas que descolocaron a Max Verstappen y a Red Bull Racing (RBR), que pasaron de dominadores a dominados y a los que la bulla de la periferia pareció afectarlos. En dos semanas, el novedoso trazado de Arabia Saudita entregará el anteúltimo capítulo y aunque su performance asome a la baja será el primer match point que tendrá el neerlandés: un éxito y que el británico se clasifique sexto o en una peor posición le permitirá cumplir el gran sueño y destronar al rey.
El pedido de revisión de la polémica maniobra defensiva de Verstappen sobre Hamilton en la Curva 4, en el giro 48 del GP de Brasil, una página más de las varias disputas que las escuderías Mercedes y RBR escribieron en el calendario. El viernes pasado, la FIA desestimó repasar las imágenes de las cámaras on board -que no estuvieron a disposición de los comisarios deportivos durante la carrera, como lo señaló el director de carrera Michael Masi-, aunque admitió que se trataba de una nueva prueba. Una decisión que, sin dudas, no se ajustó al reglamento, que avala a rever un incidente si existen elementos novedosos. El neerlandés respiró con alivio, ya que una sanción de 5 segundos lo hacía caer al tercer puesto del clasificador y perder tres de los, por entonces, 14 puntos de brecha con Hamilton.
Lo mejor de la carrera
Pero los marshals volvieron a tomar protagonismo en Losail: fue luego de la qualy y el veredicto también se demoró al punto que recién se conoció un par de horas antes de la largada. Una penalización de cinco puestos para Verstappen, por no respetar las dobles banderas amarillas que se mostraron en la Q3; Valtteri Bottas (Mercedes) tuvo un castigo de tres puestos, porque se trató de una bandera amarilla simple. El alboroto expuso a Christian Horner, jefe de RBR, que sacó su peor costado: “Creo que tiene que haber algunos adultos tomando decisiones adultas. El director de carrera debería tener el control del circuito. Él es el árbitro al final del día, de lo contrario aparece un oficial de pista pícaro que saca una bandera amarilla”. El británico fue llamado ayer a declarar: debió retractarse de sus palabras y fue advertido sobre una futura sanción, ya que la FIA consideró un desprestigio poner en duda la honestidad de los marshals.
La trama no alteró a Hamilton, que volvió a registrar una pole tras nueve grandes premios y desde el frente solo se dedicó a manejar la carrera. Una partida sin sobresaltos, el avance de Verstappen -en el quinto giro ya era escolta- no lo desenfocó. “Necesitamos mantener esta diferencia”, le comunicó su ingeniero Peter Bonnington. El cronómetro señalaba 4,3 segundos de distancia con el neerlandés, que en el lanzamiento debió pisar fuera de la pista al toparse con Fernando Alonso (Alpine Renault) y por ese tránsito sobre el piano sintió que tenía dañado un endplate del ala delantera. Desde el muro desestimaron la preocupación, no tenía sentido sumarle inquietud a un piloto que observaba perdida la batalla por la victoria.
Max Verstappen (Red Bull Racing) y Fernando Alonso (Alpine Renault) completaron el podio, detrás de Lewis Hamilton, en el Gran Premio de Qatar; el neerlandés, puntero del Mundial de Pilotos, avanzó desde el séptimo lugar de la grilla, tras la penalización de cinco posiciones que le aplicaron los comisarios deportivos durante la clasificación del sábado (Lars Baron/)
Cada movimiento que ensayó Verstappen en los pits fue replicado en el giro siguiente por Hamilton, como si Mercedes se cubriera de cualquier estrategia que RBR tuviera en la manga. Solo no logró atajar el punto que el neerlandés capturó por marcar la vuelta rápida, a la que Hamilton no pudo contestar por la salida de un Auto de Seguridad virtual, por el pinchazo de un neumático de Nicholas Latifi (Williams). Ese punto minimiza el daño de la penalización. “Los comisarios nunca me dan regalos. Va a ser difícil hasta el final, pero eso hace que sea emocionante”, apuntó, quien sabía desde la noche anterior que recibiría un castigo y también conoce que el auto de Hamilton no llevó el motor que cambió en Brasil, lo que hace que tenga menos kilómetros y un posible mejor rendimiento para Arabia Saudita o Abu Dhabi.
La mirada en los dos aspirantes al título no le quitó brillo al desempeño de Alonso, que se trepó a un podio -el número 98 de su historial-, después de siete años, tres meses y 25 días. La última vez había sido con Ferrari, en el Gran Premio de Hungría 2014 y las mismas escuderías que lo precedieron en Losail lo hicieron en Hungaroring, aunque con posiciones invertidas: ayer triunfó Hamilton, con Verstappen como primer escolta; aquella vez, Daniel Ricciardo se impuso y el británico arribó por detrás. “Llevo tanto tiempo esperándolo… Siete años, pero al final lo conseguimos. Ojalá que para el próximo no haya que esperar tanto, porque volví para intentar ser campeón una vez más y el 2022 nos ofrece una buena oportunidad”, repasó el español, que con Renault celebró los títulos de 2005 y 2006.
El saludo de Lewis Hamilton, tras la victoria en el Gran Premio de Qatar; el británico utilizó un nuevo diseño de casco, con los colores de la bandera arcoíris, con el objetivo de dar visibilidad al colectivo LGTBI en los países árabes (Dan Istitene – Formula 1/)
“Lewis, fantástico. Ahora vamos a Arabia Saudita”,dictó la voz de Toto Wolff, jefe de Mercedes, por la radio de Hamilton, al final de la carrera. La fórmula que domina la F.1 desde 2014 quiere terminar el ciclo con un nuevo doblete de coronas. El circuito de Jeddah, la próxima parada y el escenario para una batalla que resulta apasionante y revaloriza al Gran Circo.