En 2014, la mujer apareció en Pakistán pero se ocultó cuando las autoridades la acusaron de comprar un carnet de identificación falso paquistaní y ordenaron su deportación. Luego viajó a Kabul, donde el presidente organizó una recepción en su honor en el palacio presidencial y le entregó las llaves de un apartamento nuevo.
Italia fue uno de varios países de Occidente que evacuó vía aérea a cientos de afganos del país luego de la retirada de los soldados de Estados Unidos y el ascenso al poder del Talibán en agosto.
En un comunicado en que se anuncia la llegada de Gulla a Roma, la oficina de Draghi indicó que su fotografía había llegado a “simbolizar las vicisitudes y el conflicto del capítulo en la historia por el que Afganistán y su pueblo vivían en ese entonces”.
Agregó que había recibido solicitudes “por figuras de la sociedad civil y en particular de organizaciones sin fines de lucro que operan en Afganistán” respaldando el exhorto de Gulla para ayudarla a salir del país.
Las autoridades italianas organizaron su traslado a la nación europea “como parte de un programa más amplio de evacuación para ciudadanos afganos y el plan del gobierno para su recepción e integración”, añade el comunicado.