Amanda Serrano nació en Carolina, Puerto Rico, hace 33 años. Es adorada en su tierra y también en Brooklyn, Nueva York, en donde vivió casi toda su vida como tantos de sus compatriotas que proyectan aún alcanzar el gran sueño americano. Puede pesar, en una balanza, lo que ella quiera; subir y bajar kilos a su antojo y cambiar de look para las distintas propuestas fotográficas que le ofrezcan. Desde humectar con aceites aromáticos su cuerpo fibroso y espigado hasta combinar con vestidos de gala, coloreados en fuego, los rulos de su cabello azabache que crecen hasta donde ella decida.
Pero… ¿Quién es esta mujer? ¡Es la mejor boxeadora del mundo! Y no le tiembla el pulso al declarar en modo desafiante: “Nunca tuve novio, jamás usé teléfono celular y lavo mi ropa a mano. Por si les interesa, cocino bastante bien. Y si algún hombre me quiere conocer… ¡Que me venga a buscar!”.
Los que realmente la conocen afirman que Amanda no miente y no dejan de asombrarse. Sobre todo cuando meditan que no da paso alguno por si sola sin antes acordar cualquier decisión con su hermana Cindy, también boxeadora y ex campeona mundial, y su entrenador y cuñado Jordan Maldonado, a quien mira a los ojos antes de responder cada pregunta que le formulan. Un triángulo familiar peculiar, extraño e indestructible.
Vive para el boxeo y para la pelea. Ganó siete títulos mundiales oficiales en pesos diferentes desde 2011 a hoy. No lo hizo por aumento correlativo de categorías, sino con una variable extraña y asombrosa. Comenzó en pluma (57,150 kg), continuó en liviano (61,250 kg), luego supergallo (55,350 kg), descendió a gallo (53,500 kg), aumentó a welter jr (63,500 kg) y conmocionó en su última hazaña adaptándose a los supermoscas (52,160 kg).
Mira como entrena:
Tuit tomado de Twitter de la cuenta Amanda Serrano @Serranosisters