La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en su versión 26 culminó el pasado 13 de noviembre con el Pacto Climático de Glasgow, que se desprende del compromiso de los países con las acciones urgentes para frenar los efectos del cambio climático y limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.
De los objetivos clave a favor del clima, uno de los más relevantes busca lograr la disminución de los diferentes tipos de gases de efecto invernadero, siendo el más común el dióxido de carbono. Por ello, una de las estrategias más promisorias es el Hidrógeno Verde, ya que “puede ser utilizado en distintas industrias como un combustible o transportador de energía, además de que se obtiene con una muy baja intensidad de carbono —incluso con cero carbono, en algunos casos—, lo que lo posiciona como una excelente alternativa para avanzar en la transición energética y lograr la descarbonización”, aseguró Oscar Falcon, vicepresidente y director general de Black & Veatch Latinoamérica, empresa líder en soluciones sustentables.
En el caso de Chile, reconocido en Latinoamérica y el mundo como uno de los referentes en energías limpias, gracias a su gran ventaja de contar con recursos solares en el norte y eólicos en el sur, se le suma el compromiso gubernamental hacia la transición energética. En este sentido, en 2020 se presentó una Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde con el objetivo de promover su uso en los sectores de la minería, transporte, agrícola y otras industrias que son difíciles de descarbonizar. “Se estima que Chile podría llegar a desarrollar energías limpias a gran escala tanto para el consumo interno como también para la exportación”, precisó Falcón.
El ejecutivo explica que, conforme avanzan los lineamientos sustentables a nivel mundial, la transición energética también se va volviendo asequible para los distintos sectores. “En el caso de las energías renovables hemos visto cómo, a partir de 2010, el costo de sus productos, como es el caso de los paneles solares se ha reducido significativamente y las tecnologías han avanzado mucho y son mucho más eficientes, lo que genera gran asequibilidad en producción y costo para alcanzar precios de energía mucho más competitivos”, manifestó Falcón, quien además hace énfasis en el caso del sector minero de Chile, un pilar fundamental sobre el que se basa el desarrollo de nuestro país, y cómo las grandes empresas del rubro han venido cambiando su contrato de energías fósiles a renovables.
“Las empresas mineras consumen muchos recursos naturales, como energía y agua. Por esto, para avanzar en sus planes de descarbonización, el sector empezó desde hace algún tiempo a trabajar fuertemente en modificar sus contratos de suministro de energía para asegurarse de que su fuente sea renovable. Además, han venido poniendo mucho énfasis en la electrificación, ya que los camiones de la minería consumen mucho combustible, por lo que en un futuro la electromovilidad estará muy inmersa en el sector en un futuro cercano”, detalló.
Retomando la temática de la asequibilidad económica del Hidrógeno Verde, según el vicepresidente y director general de Black & Veatch Latinoamérica, su costo de producción depende del proceso de producción. Es decir, un hidrógeno más limpio dependerá principalmente del costo de la energía y del costo de los electrolizadores (tecnología que permite obtener el hidrógeno a través de un proceso de electrólisis). “Se espera que la innovación constante y las economías de escala impulsen los costos de los electrolizadores para producir hidrógeno limpio por debajo de 2 dólares por kilogramo en algunas regiones del mundo, donde el costo de energía puede ser más competitivo, lo que ayudará a abrir la puerta a la mayoría de las aplicaciones en el ecosistema del hidrógeno”, concluyó.