A los 12 años, se convirtió en la estudiante más joven en graduarse de esta universidad

Durante su primer laboratorio de biología en persona, la profesora le ordenó a los estudiantes que encontraran un objeto para tomar una muestra de su superficie en busca de bacterias. La mayoría usó su escritorio o su celular, pero Sawsan Ahmed sacó de su mochila a su osito de peluche blanco, Ben.
Sus compañeros de clase en Broward College la miraron con curiosidad, y uno le preguntó cuántos años tenía.
“Diez”, les respondió Ahmed a los estudiantes de primer y segundo año de la universidad.
Al comienzo del semestre, a menudo se referían a ella como “cariño”, pero al final, le pedían ayuda con la teoría.
Eso fue hace dos años. Esta semana, Sawsan, que mide casi 5 pies y 8 pulgadas como algunos de sus compañeros, pero usa colas y otros peinados hechos por su madre, se graduó de Broward College. Se convirtió en la graduada más joven desde que la universidad abrió sus puertas hace 61 años. Anteriormente, un joven de 15 años ostentaba el récord.
Sawsan, que ahora tiene 12 años, obtuvo un título de asociado con concentración en ciencias biológicas. En enero, se tranferirá a la Universidad de Florida, donde estudiará

“Fue asombroso. Estoy tan feliz”, dijo Sawsan justo después de la ceremonia el miércoles, que fue su primera graduación. Su parte favorita fue cuando el presidente de Broward College, Gregory Adam Haile, la reconoció desde el escenario.

“Gracias, Sawsan, nos has ayudado a demostrar que Broward College puede apoyar los sueños, sin importar la edad o las actividades académicas”, dijo Haile, mientras la multitud vitoreaba.

Le encantan las películas de Disney, Minecraft

A primera vista, Sawsan es como cualquier otra niña de su edad. Le gusta jugar videojuegos como Minecraft y ver películas de Disney; recientemente vio “Encanto” y le fascinó, aunque “Zootopia” sigue siendo su favorita.

Pero desde que llegó al mundo, Sawsan ha asombrado a aquellos que la rodean.

Poco después de su nacimiento en Providence, Rhode Island, su padre, el Dr. Wesam Ahmed, recuerda que Sawsan estaba llorando, por lo que comenzó a recitar el llamado islámico a la oración. Ella se volvió para mirarlo e inmediatamente dejó de llorar. Él dejó de recitar y ella comenzó a llorar de nuevo.

La enfermera miró a la recién nacida, luego a su padre y luego a ella de nuevo. Le ordenó al papá que comenzara a recitar otra vez, lo que llevó al final de los lamentos de Sawsan otra vez.

Ahmed corrió al lado de su esposa y anunció que creía que el coeficiente intelectual de su bebé era alto porque había reconocido su voz, debido a los meses que pasó al lado de su esposa hablando con Sawsan en el útero.

Jeena Santos Ahmed se rió de su esposo, pensando que se estaba comportando como cualquier otro padre orgulloso. Se burló de él en ese momento, pero pronto se dio cuenta de que tenía razón.

Ahora él no pierde la oportunidad de burlarse de ella por eso.

“Lo menciona todo el tiempo”, dijo Jeena sonriendo.

Si puedes conducir a 200 millas por hora, trata de hacerlo

A los nueve meses, Sawsan comenzó a decir “mamá” y “adiós”.

“Era una bebé un poco quisquillosa, así que fue muy bueno que pudiera decirme lo que quería”, recuerda su madre.

A los 15 meses, Sawsan ya podía construir oraciones completas. Durante sus visitas al pediatra, se dirigió directamente al médico.

A los 2 años, podía escribir y leer. (La mayoría de los niños aprenden a leer a los 6 o 7 años, aunque algunos aprenden a los 4 o 5 años, según la Academia Estadounidense de Pediatría). Solía entregarle cartas escritas a mano a su madre, aunque la gramática no era correcta ya que deletreaba las palabras fonéticamente.

Fue en ese momento que sus padres, que se negaron a revelar el coeficiente intelectual de Sawsan, comenzaron a preguntarse si debería asistir a una escuela regular. Miraron algunas instituciones privadas, pero finalmente decidieron que Jeena, quien obtuvo un doctorado de la Universidad de Brown, la educaría en casa.

Sawsan aprendió rápidamente. Cuando tenía 5 años, sus padres comenzaron a incluirla en las decisiones familiares. Cuando sopesaron los pros y los contras de mudarse a Weston en 2014 o quedarse en Rhode Island, Ahmed le preguntó a su hija qué quería hacer. La niña tenía muchas ganas de visitar Disney, por lo que apoyó la mudanza al sur de la Florida.

Sus padres fomentaron sus intereses y personalizaron su plan de estudios. Cuando mostró interés por los insectos, la llevaron al Museo de Ciencias de Boston. Cuando mostró interés por el espacio, la llevaron al Centro Espacial Kennedy en el Condado Brevard.

Y como querían motivar su amor por el aprendizaje, la animaron a hacer preguntas, incluso si eran difíciles de responder. Todavía le lanza ese tipo de preguntas a sus padres, como “¿Por qué somos musulmanes?” y “¿Por qué algunas personas están en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo?”

A los 9 años, Sawsan se sintió lista para tomar la prueba de preparación para la educación postsecundaria para determinar si podía tomar clases de nivel universitario. Sus padres dijeron que la alentaron a ir a su propio ritmo pero al mismo tiempo a desafiarse a sí misma.

“Siempre le digo: puedes conducir a 200 millas por hora. Si quieres conducir a 50, está bien, pero debes intentar ir a 200“, dijo su padre. “Nunca la presionamos para que se sentara y estudiara; ella hace esto porque quiere hacerlo“.

Pensaban que mamá era estudiante

Sawsan se inscribió en Broward College en enero de 2018. Eligió la inscripción doble para obtener su diploma de escuela secundaria al mismo tiempo, y logró eso en la primavera.

“Todo el mundo me estaba mirando”, dijo sobre su primer día en el campus del college en Davie. “Pero estaba realmente emocionada”.

Sus cursos de ciencias se le hicieron fáciles, pero las clases de artes liberales que requerían más memorización les costaron.

En junio de 2021, su padre, un oncólogo de la Cleveland Clinic Weston, fue trasladado al centro de la clínica en Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos. La familia se mudó allá. Sawsan continuó su educación de forma remota porque había estado tomando todas sus clases en línea, excepto el laboratorio de biología ese primer verano.

En el Medio Oriente, Sawsan pudo ir a más parques de atracciones como Disney; fue a Warner Bros. World y Ferrari World. Allá también patina sobre hielo con sus primos y planea unirse pronto a un equipo de baloncesto femenino.

Quiere trabajar en inteligencia artificial médica

En el aspecto profesional, Sawsan sueña con trabajar con inteligencia artificial en medicina. Leyó un estudio hace unos meses sobre cómo la inteligencia artificial podría ser más precisa que la radiología para detectar el cáncer en los pacientes, por lo que quiere explorar esa posibilidad.

Participará en el programa en línea de UF y viajará en los veranos a Gainesville para sus laboratorios. Eligió UF porque escuchó que ofrece una clase llamada programación en Python para biólogos.

“Eso es básicamente todo lo que me interesa combinado en un curso”, dijo.

Cuando se le preguntó si lamentaba alguna de sus decisiones hasta ahora, Sawsan dijo que no.

“Definitivamente no hay nada de lo que me esté perdiendo”, dijo. “Todavía puedo hacer muchas cosas que hacen las personas de mi edad. Ir a la universidad ha sido algo adicional; no he reemplazado mi infancia de ninguna manera“.

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