Las grandes construcciones siempre han ejercido una fascinación especial en el ser humano, especialmente aquellas que representan antiguas civilizaciones ya perdidas. Algunas han sobrevivido parcialmente hasta nuestros días y podemos contemplar sus ruinas; de otras, en cambio, solo tenemos descripciones. Otras ni siquiera llegaron a existir y forman parte del imaginario mítico.
¿Qué aspecto tendrían hoy todas esas maravillas arquitectónicas? Gracias al artista ruso Evgeny Kazantsev podemos hacernos una idea bastante aproximada de cómo lucirían éstos monumentos si se hubieran preservado en todo su esplendor.
La serie Wonders of the World fue creada por Kazantsev por encargo para ilustrar un calendario de la compañía de seguros Gefest Insurance Company. Sin embargo, la calidad de las ilustraciones ha hecho que se conviertan en auténticas obras de arte por derecho propio.
La obra va más allá de reconstruir los monumentos tal y como se piensa que eran originalmente: el artista no sólo los ha resucitado, sino que además los ha situado en escenarios del mundo actual. Así, podemos imaginar a turistas modernos visitando la gran estatua de Zeus de Olimpia o la mítica torre de Babel alzándose majestuosa entre un mar de rascacielos.
El artista ha reconstruido la famosa esfinge de Giza, devolviéndole su nariz perdida y sus colores originales, pero rodeada de las pirámides tal y como han quedado hoy en día.
Así se vería la Acrópolis, con la moderna Atenas de fondo, si se hubiera preservado intacta.
Imagina cómo sería ir conduciendo por una carretera y encontrarte con el gran templo de Petra en una acera.
Los jardines colgantes de Babilonia, una de las Siete Maravillas de la Antigüedad, en realidad no «colgaban» de ningún sitio. Estaban situados junto al palacio del rey de Babilonia y se piensa que estaban formados por terrazas de vegetación que sobresalían.
El célebre Mausoleo de Halicarnaso soportó las invasiones y la destrucción de la ciudad por Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero finalmente fue destruido por un terremoto en el año 1404.
Apenas sobrevivió unos años, pero el Observatorio de Constantinopla de Taqi ad-Din fue uno de los mayores observatorios astronómicos de la temprana edad moderna. Así de bello se vería hoy en Estambul.
Puedes ver más ilustraciones del artista en su perfil de Instagram.
Por Fernando Gonzalo