Fernando Pairican, historiador mapuche, y rechazo de la CAM al diálogo: “Sería ingenuo pensar otra cosa”

El historiador mapuche Fernando Pairican, autor de libros como “Toqui: Guerra y Tradición en el Siglo XIX”, dice que la apertura al diálogo que ha manifestado el próximo gobierno es positiva, pero que debe abrirse a todos los sectores, incluso los que usan la violencia. “Yo no comparto esa postura (la opción armada).  Pero pienso que el futuro del tema mapuche está pasando por otro lado: el debate en la Convención y por el movimiento mapuche gradualista”.

-La CAM dijo que no iba a dialogar con Boric, que era un “progre” de mentira. ¿Esperabas una postura distinta?

-Sería ingenuo esperar otra cosa. No hay una distinción en su discurso político desde por lo menos el 2001 en adelante. Es una organización que tiene una reflexión y un análisis político en torno a lo que ellos llaman el colonialismo. En Boric ven una continuidad de esas estructuras de dominación. Yo no comparto esa postura por supuesto.

-Izkia Siches dijo que había que dialogar con todas la fuerzas del mundo mapuche, incluidas las que están por la opción armada. ¿Es posible un diálogo con la CAM?

-Yo creo que sí es factible que se genere una apertura al diálogo. Ahora bien, yo pienso que el futuro del tema mapuche está pasando por otro lado: el debate en la Convención y por el movimiento mapuche gradualista.

-¿De qué manera?

-Porque se están debatiendo en la Convención ideas de plurinacionalidad, de autodeterminación. Los constituyentes mapuches tienen legitimidad, porque vienen del movimiento autonomista no violento. La CAM es una organización pequeña dentro de la alta expresión del movimiento autonomista.

-¿Qué puede pasar en la Convención que sea favorable al movimiento autonomista mapuche?

-Primero, se están poniendo los pilares de la plurinacionalidad. Segundo, en la comisión de descentralización y derechos  fundamentales se está debatiendo el derecho a la autodeterminación. Tercero, se discute un reconocimiento a los derechos de la naturaleza. Y cuarto, la posibilidad de avanzar en restitución territorial. Eso se ha do consolidando en la Convención.

-¿La Convención permite una alternativa a la violencia?

-Se ha abierto la posibilidad de avanzar dentro de los espacios institucionales.

-¿Qué significa autonomista, qué pretenden?

-La autonomía es la forma de llevar a la práctica el derecho humano de todos los pueblos originarios a la autodeterminación y eso está consagrado en la declaración de la ONU de 2007. Se parte por reconocer que el pueblo mapuche era un pueblo independiente antes de la ocupación de la Araucanía y que el estado chileno conquista el territorio mapuche, y genera una dominación que ha producido niveles de pobreza altísimos.

-CAM no es la única organización mapuche que usa la violencia como acción política. ¿Hay un rechazo a esa opción en el mundo mapuche?

-Hay tres organizaciones rupturistas en la autodeterminación: la CAM, la Resistencia Mapuche Lafkenche, y la Weichan Auka Mapu, que están por la liberación nacional del pueblo mapuche. Eso lo plantean a partir del control territorial, como del ejercicio de la autonomía desde la práctica. Divido el movimiento mapuche en dos líneas: la rupturista, que son estar organizaciones, y la vía gradualista, que son las organizaciones mapuche que ocupan la movilización social y la institucionalidad, para modificar  las estructura de dominación.

-¿Estas organizaciones que están a favor de la violencia como acción política son menores?

-No lo sabemos, porque no hay un plebiscito para saberlo. Me da la impresión que son organizaciones que sí tienen un espacio de respaldo, porque son parte del abanico del movimiento autonomista.

-¿Piensas que todas las fuerzas valen en ese proceso?

-No he dicho eso.

-Quiero decir: ¿estas fuerzas que usan la violencia y las que usan el camino institucional se unen en una meta en común?

-Hay una diferencia importante en ese sector autonomista. Por eso que las organizaciones más radicales critican a los convencionales mapuches y a la vía institucionalista. No es lo mismo y por eso las divido en dos líneas. Pero sí creo que el objetivo final es compartido, que es el derecho a la autodeterminación. Lo que difieren es sobre la estrategia. Por eso planteo que hay una vía rupturista y otra gradualista hacia la autodeterminación.

-¿El objetivo es tener otro país, una nación distinta a Chile?

-La libre determinación en estricto rigor sería generar una nación propia. Como una forma de poder reconocer ese derecho, se plantea la autonomía. En ese ámbito el estado chileno tiene que generar los mecanismos para que los pueblos originarios puedan desarrollar la autonomía. Eso no quita que, según la madurez política de ambos sectores, los pueblos originarios o cualquier pueblo que está en proceso de autonomía pueda solicitar también el derecho a la libre determinación, que es el derecho madre que todas las naciones comparten. Un ejemplo de eso es lo que se vive en el referéndum de Escocia o en España con Cataluña o País Vasco.

-El presidente electo Boric dijo  que sólo iba a dialogar con la gente que estuviera por la paz. ¿Estás de acuerdo?

-Pero Izkia Siches dice que está dispuesta a dialogar con todos.

-¿Te parece que la postura de Boric es errada? ¿Por qué debería conversar con los que no quieren dialogar?

-Vi a Boric que fue a la Convención y dijo que iba a hacer todo el trabajo para apoyar a los pueblos originarios. E Izkia dijo que iba a dialogar con todos. Entonces, me parece que hay un sentido de trabajar propositivamente. Para resolver el conflicto tienes que hablar con todos los sectores, incluyendo los que no se quieren sentar a la mesa. Eso va a hablar de un estadista o de un nuevo tipo de gobierno. Me parece muy bien lo que dice Izkia Siches.

-¿Hay que dialogar incluso con los que están por una opción armada?

-De eso se trata la política. Si no, lo único que va a generar es arrastrar un conflicto eternamente. Si buscas ser un gobierno de cambio, tienes que hacer algo distinto a lo que han hecho los otros gobiernos, que es justamente no dialogar con los sectores más radicales y creo que es el momento de hacerlo.

-¿Este movimiento autonomista lo defines como un movimiento nacionalista?

-El pueblo mapuche es una nación como concepto.  Cualquier proceso de autonomía lleva consigo  la noción del nacionalismo; en este caso mapuche. Por eso tenemos una bandera. Me llama la atención que nos critiquen de nacionalistas. El nacionalismo chileno es tan fuerte y tan hegemónico incluso en la izquierda que no hay posibilidad de pensar una relación distinta con los pueblos latinoamericanos. Los chilenos son muy nacionalistas.

-¿Esperas que Boric pueda avanzar en este tema?

-Creo que hay una posibilidad de avanzar en algunos mayores grados de reconocimiento. Pero depende de las señales que envíe el gobierno. Cuando Boric habla de plurinacionalidad, me gustaría saber qué indígena va a estar a cargo. Yo creo que una señal importante del nuevo gobierno de Boric sería que quienes estén a cargo de los programas indígenas tienen que ser gente del movimiento indígena reconocida, para lograr una legitimidad. Abogo por que Boric pueda poner indígenas dentro de su gobierno que estén a cargo de las políticas indígenas.

-¿Un mapuche en el gabinete?

-Indígena. Hay varios pueblos originarios en todo Chile.

 

Por Ex-ante

Síguenos en facebook

Comparte

Facebook
Twitter
WhatsApp
error: Contenido protegido!!!