Un vídeo captó el momento en que un dron lanzó varias bombas pequeñas sobre un pequeño campamento de personas en Michoacán, México. Tras la explosión de la primera bomba sobre una tienda de campaña improvisada, se puede ver a una docena de personas huyendo del lugar.
Momentos después, tres pequeñas bombas caen desde el dron en los alrededores del campamento y explotan en pequeñas bolas de fuego, que provocan un incendio entre el follaje cercano.
Se cree que el atentado fue perpetrado por el Cártel Jalisco Nueva Generación.
El cártel es conocido por su brutalidad. Al parecer, el grupo ha arrancado los corazones de sus víctimas o los ha disuelto en ácido. También se informa de que el grupo ataca a las mujeres embarazadas.
Informes locales confirmaron que el cártel ha llevado a cabo al menos dos atentados con bomba en ciudades de la región con el fin de apoderarse de ellas.
Al parecer, el grupo está utilizando drones con bombas para asegurar su posición en la región.
Según informes de la policía local, algunos de los drones del cártel fueron derribados por otros grupos armados que se disputan el territorio.
La violencia ha provocado un éxodo masivo de los habitantes de los pueblos cercanos, que buscan evitar quedar atrapados en el fuego cruzado de las bandas.
Las guerras territoriales no son nada nuevo para los cárteles mexicanos, aunque la violencia entre los grupos ha aumentado en los últimos años, llegando incluso a extenderse a zonas habitualmente seguras, como las ciudades de playa de la península de Yucatán.
El Cártel Jalisco Nueva Generación, iniciado en 2009, es ahora una operación mundial. Es un adversario constante para las autoridades mexicanas que luchan por frustrar los esfuerzos del grupo, e incluso ha llamado la atención de la DEA (Administración para el Control de Drogas) de EE.UU.
La DEA ha llegado a ofrecer una recompensa de US$10 millones por información que conduzca a la captura del líder del grupo, Nemesio “El Mencho” Oseguera Cervantes.
El Mencho puso en marcha su grupo después de que el cártel de Sinaloa -al que estaba afiliado- se escindiera en 2008, lo que desencadenó una guerra civil entre los cárteles. Su nuevo cártel pretendía llenar el vacío de poder dejado por el anterior cártel dominante. El grupo se alió brevemente con Los Zetas, otro cártel muy violento que estaba en guerra con el de Sinaloa a finales de la década de 2000, pero esa asociación duró poco y pronto se volvió violenta.
El grupo dio a conocer su existencia mediante un espeluznante triple asesinato, en el que dejaron un mensaje a la policía de que eran los Mata Zetas, y pasó a declarar la guerra a todos los demás cárteles del país en 2011, lo que dio inicio a una ola de masacres de dos años en Veracruz. Desde entonces, el grupo ha perpetrado masacres en otros estados mexicanos.
Se cree que Nueva Generación controla hasta US$50.000 millones en activos, lo que le convierte en el cártel con mayor poder financiero de México.
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