En redes sociales comenzó a circular un video en el que se puede ver el momento en el que un hombre descubre la presunta infidelidad de su esposa, pues viajaba en una combi con quien es su amante.
El video fue compartido en TikTok por la usuaria @pretty121001, aunque también fue publicado por otras cuentas. En la grabación se escucha al esposo de la mujer mencionar: «Ya me lo habían dicho. No lo quería creer ¿Por qué me engañas?».
El amante luego le menciona: “ya se decidió por mí, ya qué estás chillando”, pero el marido revira: “tú cállate, tú cállate”, y le dice a la mujer: “porque ni siquiera andas con un hombre libre, este cab&% es casado. Tu esposa me lo dijo”.
La discusión continuó y en un momento el esposo le dice a la infiel que regrese con él pues la perdonaría, a lo que ella menciona, “eso me dices ahora, pero después me vas a reclamar”.
La intensidad de la pelea aumentó cuando el amante le dice a la mujer: “te vas conmigo”, a lo que ella señala: “ya no, ya estoy dudando porque me habías dicho que habías dejado a tu esposa. Que ya no tenías”.
Casi al final de la grabación los dos hombres le preguntan a la mujer por quien de los dos se decidirá, a lo que ella menciona: “ya tengo duda, ya no sé qué voy a hacer, estoy dudando. Ya no sé con quién me voy a quedar, ya no sé”.
La grabación termina porque, quien está grabando, tiene que bajarse de la unidad de transporte público, por lo que antes de bajarse le pregunta a la infiel: “¿señora, con quien se va a quedar?”, pero su acompañante lo jalonea y lo baja del vehículo.
Muchos pensaron que la grabación era real, sin embargo, se trató de un video de humor realizado por los comediantes de Tabasco llamados ChocoNico, El Juancho y Su Hijo, que suelen realizar este tipo de sketches que hace que las personas crean que son reales.
Otro de los videos que ellos realizaron y que se hizo viral, es uno en el que se puede ver a una familia partiendo una rosca de reyes en la que, en lugar del muñeco, a un hombre le sale una prueba de embarazo positiva de su pareja, pero en lugar de emocionarse, pone un rostro de incomodidad.
Por Rodrigo Neria Cano
