Los expedientes secretos X (The X Files) se estrenó en 1993 y duró 11 temporadas. Durante 218 episodios, los espectadores se sumergieron en apasionantes e intrigantes historias paranormales de OVNIs y seres de otros planetas, de investigaciones y crímenes; familiares, tramuáticas y, por qué no, románticas. Y es que los entrañables protagonistas Fox Mulder y Dana Scully se convirtieron en compañeros por un vil interés y, con el tiempo, forjaron una historia de amor basada en sus diferencias y la confianza que generaron.
Mulder (interpretado por David Duchovny) era “la oveja negra” del FBI. Como miembro de la sección Expedientes secretos X se encargaba de investigar sucesos paranormales con explicaciones sobrenaturales y poco claras para el bureau. Esa costumbre y el seguimiento de esos casos provocó el recelo de los demás agentes y desde el directorio asignaron a Scully (Gillian Anderson) a esa sección para que desacreditara el trabajo de Fox, cuya notoriedad estaba en aumento.
Pero el interés del agente por esta temática nació cuando tenía 12 años, luego de que su hermana fue abducida por extraterrestres cuando era una niña. Con ese trauma sobre sus hombros, la llegada de una mujer escéptica que se apoyaba en la ciencia y no estaba abierta a creer en estos fenómenos provocó roces entre ellos en cada caso que les tocó investigar.
Así empezaron a trabajar juntos, entre conflictos y asperezas. Conforme fue pasando el tiempo y las investigaciones se volvieron más cruentas, Dana empezó a sentir respeto y cariño por Fox. Sin embargo, el despertar de estos sentimientos se limitó al compañerismo. Se volvieron una dupla inseparable que trabajaba muy bien en conjunto y cuyos resultados eran muy buenos. La escucha nunca faltó cuando los casos los desbordaron y un abrazo o una palmada en la espalda se volvieron necesarios cuando la realidad lo demandó.
La química era innegable y secretamente se despertaba un amor especial. Juntos se enfrentaron a amenazas políticas e interplanetarias, al propio papá de Mulder -conocido como El fumador compulsivo- y a un cáncer que entró en reminiscencia gracias a un hecho milagroso. El amor y el respeto crecían, solo que ellos todavía no lo aceptaban.
El tiempo hizo su trabajo y las cosas se pusieron en su lugar. La situación no dio para más y Mulder y Scully tuvieron que confesar el amor que sentían. Era recíproco. La pareja que se formó con la intención de desacreditar a uno de los dos finalmente había ido en contra de la idea original: se habían enamorado al trabajar juntos.
De su amor nació William, su primer hijo que tuvo que alejarse de ellos por los peligros que los acechaban en su vida. Pero al final de la última temporada pueden reunirse los tres y escapar para tener una vida normal como familia. Como si esto fuera poco, Dana está nuevamente embarazada.
