Mario Waissbluth lleva décadas trabajando en políticas públicas. Profesor de Gestión Pública en la U. de Chile, se declara partidario de la descentralización del país, pero critica duramente la propuesta de Estado Regional, que esta tarde vota el pleno de la Convención Constitucional. “Es delirante”, dice. Waissbluth aborda los severos efectos políticos y económicos que, a su juicio, desencadenaría la iniciativa. A continuación sus razones.
-En una carta a El Mercurio, usted criticó la idea de Estado Regional, que plantea la Comisión de Formas de Estado de la Convención. ¿Cuáles son sus principales cuestionamientos?
–Son dos reparos mayores y muy graves. El primero es que no solamente están proponiendo regiones autónomas, sino que comunas autónomas y territorios autónomos. O sea, podrías llegar a tener la locura de que la región de Arica Parinacota fuera autónoma, que una de sus comunas aymará fuera autónoma y además un territorio aymará, que cubre desde Arica hasta Coquimbo, fuera autónomo. Tendrías tres autonomías distintas sobre un mismo territorio.
Es una cosa delirante. Porque puedes terminar desmembrando el país no solamente en trece o quince regiones autónomas, sino en 40 o 50 subunidades. Eso por un lado. La crítica números dos es que le asignan a estas regiones autonomía fiscal, presupuestaria y de finanzas públicas, incluso para endeudarse internacionalmente y para definir y cambiar su estructura tributaria. Estamos hablando de cuestiones que en algunas dimensiones van más allá del federalismo.
-¿Un federalismo extremo?
-Son más profundas que el federalismo. Con esas reformas, se desmembra Chile en lo político, en lo administrativo y financiero, aspectos que han sido grandes fortalezas del Estado chileno. Te voy a dar un ejemplo sobre lo que nos puede llevar esto: en algunos momentos de crisis económica de Argentina, que es un país federal, las provincias argentinas emitieron títulos de deuda internacional, por algo así como el 20% del producto bruto. Es un ejemplo de las locuras a lo que se puede llegar con estos planteamientos de la Comisión de Formas de Estado.
-Hay países federales que funcionan.
-Sí, claro. Alemania es federal y funciona. Pero cada estado federal alemán tiene 20 millones de habitantes y un producto bruto impresionante. Aquí estamos hablando de autonomías que a veces van a tener 300 mil habitantes, que van a emitir deuda internacional. Mira, para que veas otro ejemplo del pasado: en alguna época, la Casa de Moneda de Chile vivía de producir papel moneda para las provincias argentinas. Emitían patacones, que eran billetes provinciales. Argentina se llenó de billetes de la provincia de Santa Fe, provincia de Buenos Aires. Este es el tipo de cosas que llevó a Argentina a tener hoy 40% de pobres, versus 13% en Chile.
-Pero este proyecto no incluye la idea de billetes de cada región.
-No, pero al darle autonomía financiera y presupuestal y política a las regiones, perfectamente van a poder hacer locuras como la que te estoy mencionando como ejemplo.
-¿Rescata algo positivo de las propuestas?
–Nada. Yo creo profundamente en la descentralización, he escrito sobre descentralización desde el 2005 en adelante, pero creo en una descentralización progresiva, gradual, sólida, comenzando por autonomía de carácter administrativo y traspaso de funciones centrales a regiones. No en un salto al vacío como lo que está proponiendo la Convención Constitucional. Creo en darle más fuerza a las regiones de Chile, pero no creo en locuras ni saltos al vacío.
-¿Este proyecto incluye la posibilidad de que existan asambleas, constituciones regionales?
-Es una consecuencia: lo que te están dando es una autonomía prácticamente total. Que es equivalente al desmembramiento de la República de Chile.
-¿Se perdería la idea del estado unitario?
-Desaparece. El Estado unitario como tal desaparece, por definición. Hago notar, además, que al crearse sistemas judiciales paralelos, como se aprobó hoy mismo en la madrugada, ni siquiera podrá haber una instancia que dirima conflictos y confusiones entre distintas autonomías locales.
-¿Por qué cree que están planteando estas propuestas en la Convención?
-Yo creo que la Convención entró en una especie de orgía de fundamentalismo. En que además las influencias del PC unidas al sector de pueblos originarios, de indigenistas, la ex Lista del Pueblo, ese bloque es el que está llevando el pandero de esta fiesta. Porque es una especie de fiesta, de orgía. Lamentablemente, el bloque Frente Amplio más PS observa esto y al final termina bailando con ellos sin tomar en cuenta que con esto le van a crear al presidente Boric, a su propio presidente, un dolor de cabeza que va a ser espantoso.
-Usted votó apruebo.
-Sí, de todas maneras.
-¿Está decepcionado, al punto de pensar en votar Rechazo?
-No tomo estas decisiones sin pensarlo mucho ni por consignas. Lo que voy a hacer antes de votar en el plebiscito de salida es que voy a revisar uno por uno los artículos que salgan en el proyecto constitucional, pero basta que el proyecto incluya uno tan fatal como este del Estado Regional, para que yo termine votando rechazo, no porque sea de derecha ni de izquierda, sino porque no voy a aceptar nunca una Constitución tan letal para la República de Chile.
-Usted es más conocido como experto en educación.
-Mira, yo soy profesor de Gestión Pública en la U de Chile. Diría que a la inversa, el tema de la educación es el tema por el cual más me destaqué durante una década, pero llevo veintitantos años trabajando el tema de la gestión pública y las políticas públicas. Y descentralización es precisamente uno de los temas donde tengo algunas publicaciones.