El plan puesto en marcha para alimentar a hambrientos manatíes de Florida ha suministrado más de 25 toneladas de lechuga a esos mamíferos marinos, dijeron funcionarios el miércoles.
Estos animales apreciados por lugareños y turistas han sufrido una gran mortandad porque las algas con las que se alimentan están desapareciendo por la contaminación del agua con descargas de la agricultura, urbes, fosas sépticas y otras fuentes.
Las autoridades dicen que el programa de alimentación que implica proveer a los manatíes lechuga romana donada en las inmediaciones de una planta de Florida Power & Light en la costa este atrae a diario entre 300 y 350 ejemplares. A veces hay hasta 800 manatíes y a veces menos de 60.
“Estamos haciendo una diferencia”, afirmó el miércoles Ron Mezich, de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida durante una conferencia de prensa en línea. “Nos permite la mayor exposición al mayor número de animales”.
El año pasado se registró una cifra récord de 1.101 manatíes muertos, principalmente de hambre. El promedio de cinco años es de 625 muertes. En lo que va de este año se han registrado 164 muertes de manatíes, de las que sólo cinco se deben a colisiones con embarcaciones, según estadísticas de la comisión estatal para la fauna.
«Hemos advertido un incremento en las muertes”, dijo Tom Reinter, director regional del sur para la Comisión de Pesca y Vida Silvestre y portavoz de las acciones federales para salvar a los manatíes. “Estamos ajustando nuestro programa a fin de conseguir tanta comida como nos sea posible para los manatíes”.
Normalmente, los expertos en fauna recomiendan no alimentar a los animales salvajes porque comenzarían a asociar a los humanos con alimentos. Y continúa siendo delito que una persona alimente a manatíes por su cuenta, aunque las autoridades dijeron que muchas personas desean ayudar.
La mejor manera de hacerlo es donando dinero, dicen, mediante una entidad patrocinada y que avisen cuando vean a un manatí enfermo o en apuros.
Se calcula que hay unos 8.800 manatíes en aguas de Florida. La cifra representa un gran aumento en comparación con los aproximadamente 2.000 que existían en la década de 1990, razón por la que el gobierno federal cambió su catalogación de especie en peligro por la de especie amenazada.