Cómo surgió el movimiento “Amarillos por Chile” de Cristián Warnken: desde una funa en Isla Negra a un chat que creció en forma explosiva

“Amarillos por Chile” nació a partir de un concepto actualizado por Patricio Fernández y luego de que Cristián Warnken fuera increpado por jóvenes en la calle. A principios de febrero se creó un chat, que fue creciendo explosivamente y al que se sumaron figuras de la ex Concertación. El movimiento iba a lanzarse la próxima semana, pero se adelantó. Quieren ser una voz de moderación para alertar sobre la Convención y no descartan votar NO si la Constitución es radical.

Por qué importa. El jueves Cristián Warnken anunció que lanzará un nuevo movimiento: Amarillos por Chile. Se trata de un grupo de centro y centro izquierda que desea liderar las críticas al maximalismo de la Convención, proponiendo reformas hechas con moderación y alto estándar técnico. Sol Serrano, Iván Jaksic, Mario Waissbluth, Andrés Velasco, Rodrigo Valdés, José De Gregorio, Alejandro Foxley, Mariana Aylwin, José Joaquín Brunner y Óscar Guillermo Garretón son algunos de los firmantes.

  • “Tuvo demasiada repercusión, nunca pensamos que iba a ser tanta y tan rápido”, dice uno de los integrantes. De hecho su vocero, Cristián Warnken, se encontraba de vacaciones en Frutillar, pero el viernes tuvo que interrumpirlas durante el día debido a reuniones y llamados que no paraban. El movimiento se iba a lanzar la próxima semana, pero se adelantó debido a la urgencia del debate constitucional.

El origen. El movimiento surge a partir de columnas y cartas que escribió Warnken en Radio Pauta, y en El Mercurio. Una se llamaba Carta amarilla a mis hijos, fue publicada el 27 de noviembre de 2021, y en ella habla de un violento episodio que vivió en Isla Negra, cuando un grupo de jóvenes le gritó “amarillo” y “facho”, aparte de variados insultos.

  • Fue en 2020. A Warnken le sorprendió la agresividad de los muchachos, porque veranea en Isla Negra desde niño y nunca había vivido algo así. Uno de sus hijos, de 10 años, muy asustado, se acercó y le preguntó: “Papá, qué es amarillo”. Fue un encontrón fuerte, pero no el único. A partir de entonces, el escritor fue funado varias veces.
  • En la columna, Warnken escribió: “Los amarillos nos sentimos orgullosos de la épica de nuestra transición a la democracia y no nos compramos esa ingeniosa pero falaz consigna “no fueron treinta pesos, fueron treinta años”. Los amarillos aprendimos de la trágica derrota de la izquierda en 1973, que los cambios no se hacen con puro voluntarismo y de manera atolondrada y potenciando la inestabilidad y la inseguridad, porque la historia nos ha enseñado que eso ha traído más sufrimiento a los pueblos a los que se dice representar”.

Qué significa. El escritor tomó el concepto “amarillo” de los años 70, cuando se usaba para descalificar a los reformistas. El término había sido actualizado antes por Patricio Fernández, quien publicó una columna en The Clinic, el 26 de julio de 2018. “Los amarillos tenemos muchas convicciones frágiles, pero no transamos en la defensa del pluralismo. No aceptamos ninguna verdad capaz de acallar a todas las otras”, escribió. Luego, en  una entrevista en La Segunda ese mismo año se definió así: “Nunca fui ultra ni cabeza pistola, siempre fui amarillo”.

  • Fue otra columna de Warnken, titulada Carta a todas las bases amarillas del país, la que detonó el movimiento. Se publicó en Pauta el 5 de febrero de 2022. Allí afirmó: “El Rechazo del Plebiscito de Salida si el texto presentado es un engendro o un imbunche será antes que nada amarillo. Es de esperar, por supuesto, que no lleguemos a ese fatídico escenario”
  • Comenzó a recibir decenas de llamas, entre ellas de Ernesto Ottone, Oscar Guillermo Garretón y Mario Waissbluth. Entonces, se armó un chat, primero de pocas personas, al que se le puso Amarillos. La idea era no quedarse como testigos, sino levantar una voz de la izquierda democrática que promueva cambios, pero bien hechos. Los unía la crítica a la desprolijidad y falta de realismo de la Convención. La misma gente del chat proponía nombres de gente para que entrara. Partieron siendo 4 o cinco, pasaron a 10, 20, 30 y saltó a 70 y hubo que parar en un momento.

Próximos pasos. “La cuestión se disparó y es un tsunami. Estamos sobrepasados”, dice uno de los integrantes. Se planea realizar una primera reunión formal el jueves, con los primeros firmantes que son cerca de 80 personas. Por zoom. En esa reunión se va a decidir una estructura orgánica. Warnken es vocero transitorio y ha dicho que no quiere ser el líder. La idea es que haya más vocerías, de mujeres, de regiones y gente joven.

  • El plan es después hacer conversatorios, invitando a expertos constitucionales. Apoyar todo lo que vaya en la dirección correcta en la Convención, pero oponerse a la radicalización maximalista. Van a empezar a emitir opiniones específicas, estar atentos a lo que ocurra y la deriva final es tener una postura frente al plebiscito. En el caso que la carta vaya por una senda radical, no hablan de Rechazo, sino de votar que NO.
  • Uno de los llamados que hacen es a que la derecha sea incorporada en el debate convencional, que no quede excluida porque – a su juicio- sería un error político garrafal. Hoy lo que los convoca es la Convención, pero no descartan que más adelante haya otros temas que levanten. Son 500 personas las que ya se han sumado. Los fundadores del movimiento no quieren que sea un partido, sino un movimiento de estructura liviana.
Ex-ante

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