Max Colodro sobre la Convención: “Hoy día me siento más inclinado al rechazo que a la aprobación”

El analista político Max Colodro, doctor en Filosofía y director del Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos de la UAI, dice que “el sueño de construir una constitución donde tuvieran cabida esa mitad de Chile que vota por la centroderecha y esa otra mitad que vota por la centroizquierda, ya fracasó”.

-Has sido muy crítico de la Convención, incluso dijiste que había sido un error histórico el acuerdo del 15 de noviembre. ¿Cuál es tu principal reparo al proceso constituyente?

-Yo tengo la convicción de que este proceso ha mostrado una línea y una consistencia en el tiempo que no debiera ser sorprendente, al contrario. Aquí las decisiones que se tomaron buscaron sobre representar a determinados sectores y sub representar a otros. Esa es la razón por la cual se armó un sistema electoral que privilegió a los pueblos originarios, entre otras cosas.

-¿Quieres decir que está sobrerrepresentado el pueblo mapuche?

O sea, claramente se hizo un esfuerzo para que determinados sectores quedaran con una mayor representación de la que tienen demográficamente. Marcela Cubillos tiene prácticamente la misma votación que los 17 convencionales de los pueblos originarios. Entonces, yo creo que aquí efectivamente lo que estamos observando es el resultado de una lógica en la centroizquierda y en la izquierda, que buscaba que los sectores  indígenas y de movimientos sociales fueran  hegemónicos. Es decir, que controlaran la Convención y que pudieran imponer sus puntos de vista.

Pero probablemente lo que no imaginábamos es que la centroizquierda no iba a jugar ningún rol, no iba a ser un factor de contrapeso, de equilibrio, de diferenciación respecto de estas posiciones más radicales e iba a terminar sumándose a estos sectores para conformar una mayoría, que hoy día como lo estamos observando, ha logrado en muchos temas relevantes llegar a los dos tercios.

-¿Te parece correcto que se incluya la cosmovisión indígena en la Constitución?

-Creo que la defensa, el reguardo y la protección de los pueblos originarios, a su cultura, a su idiosincrasia, a sus sistemas religiosos, es algo muy importante, pero no puede ser que el factor étnico sea el único criterio con el cual se elabore y discuta todo el orden institucional en Chile. Lo que está ocurriendo me parece un exceso y una desproporción.

-¿Cuáles son los aspectos más problemáticos para ti?

-Me parece que la lógica de imponer el criterio de la plurinacionalidad y el multiculturalismo en todos los temas, es bien compleja. Me parece que los 11 sistemas de justicia que van a reemplazar al poder judicial, debilitan la igualdad ante la ley. Creo que el sistema político que se está planteando, haciendo desaparecer al Senado, es un unicameralismo de facto, porque esta segunda cámara, el Consejo Territorial, no va a tener atribuciones como para equilibrar o corregir las cosas que haga la Cámara Plurinacional.

Debilitar la autoridad presidencial, negarle la posibilidad del veto al presidente, es un problema grave. Al igual que ciertas propuestas en materia de propiedad; por ejemplo, no pagar las indemnizaciones correspondientes al valor comercial en el caso de una expropiación. La nacionalización de los recursos naturales va a ser otro de los grandes hitos que vienen en las próximas semanas. Son todas propuestas que van configurando un cuadro donde vamos a tener una constitución con una lógica refundacional, donde finalmente se va a perder la igualdad ante la ley y el equilibrio entre los poderes del Estado.

-Esta semana en la Comisión de Derechos Fundamentales se estableció el derecho a decidir de forma libre sobre el cuerpo, la sexualidad y la libre interrupción del embarazo.

-También me parece un tema complejo. Soy partidario  del aborto por tres causales, la ley que se aprobó bajo el gobierno de Bachelet.  Dejar en la Constitución que el aborto es un derecho sin límite de tiempo, es una decisión poco responsable.

-La misma Comisión aprobó la prohibición de negar o justificar “las violaciones graves, masivas y sistemáticas a los derechos humanos”.

-Los derechos humanos deben estar resguardados y creo que en la legislación chilena actual están adecuadamente protegidos. Tenemos tratados internacionales que Chile ha ratificado. Chile ha tenido una política responsable desde el retorno de la democracia en materia de defensa y de protección de los derechos humanos. Que quede consagrado en la Constitución que es deber del Estado defender, promover y resguardar los DDHH me parece bien.

-Los convencionales están trabajando mucho, con jornadas maratónicas. ¿Es difícil hacer buenas normas en esas condiciones?

-Claramente tenemos un problema con los tiempos. Se dedicó muchísimo espacio en la primera etapa a la discusión sobre el reglamento. Hoy día se están votando cosas muy fundamentales, muy de fondo, sin la debida discusión y sin los debidos análisis y eso está quedando en evidencia en lo que están siendo las normas que se han aprobado estás últimas semanas.

-¿Votaste apruebo?

-Sí, voté apruebo, pero con la esperanza de que este proceso pudiera ser una instancia de reencuentro, para construir efectivamente una institucionalidad que nos representara a todos los chilenos sin excepción. Y hoy día me siento muy decepcionado con los resultados que he visto hasta ahora.

-¿Te has integrado al movimiento de Amarillos por Chile?

-No. Valoro lo que está haciendo el movimiento de los amarillos, creo que es una señal, es plantear luces de alerta. Me parece algo positivo buscar una mayor discusión y acuerdos más amplios de los que se están logrando. Es un buen propósito. Pero lo veo como algo poco viable. Sinceramente creo que el proceso constituyente está definido según ciertas reglas y según una cierta política, que impuso la oposición, la centroizquierda y la izquierda, y esa lógica creo que no va a poder ser moderada a estas alturas.

-¿Qué valoras de la Convención, en qué aspectos crees que ha sido un aporte?

-Sinceramente, hasta ahora el aporte principal ha sido la visibilización de los pueblos originarios, de sus demandas históricas, esa parte me parece positiva. Pero creo que no se ha trabajado con la suficiente responsabilidad y moderación que se requiere. El respeto a las minorías étnicas, sexuales, religiosas me parece algo positivo. Pero también siento que la Convención ha terminado por desvirtuar ese reconocimiento, extremando las posiciones hasta niveles absurdos.

-¿Políticamente falta una visión general, un liderazgo?

-La lógica identitaria ha terminado por desvirtuar el imperativo de construir mínimos comunes, de ver a la sociedad chilena integralmente como un proyecto de país para todos. Creo que ahí han estado las principales debilidades y eso se ha notado en el hecho de que no han podido surgir liderazgos transversales.

-¿En estas condiciones votarías rechazo?

-Si no hay efectivamente un cambio en las orientaciones de fondo, hoy día me siento más inclinado al rechazo que a la aprobación. Para mí, el sueño de construir una constitución donde tuvieran cabida esa mitad de Chile que vota por la centroderecha y esa otra mitad que vota por la centroizquierda, ya fracasó.

Por Marcelo Soto

Ex Ante

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