Entre estos estaba el megayate Lady M, amarrado en Imperia, en la costa ligur, en el noroeste de Italia y perteneciente a Alexei Mordashov, presidente del conglomerado metalúrgico y energético Severstal y que cuenta con un tercio de las acciones de la agencia de viajes TUI, la mayor del mundo.
Posteriormente también se dictó y ejecutó otra orden contra el yate Lena, de Gennady Timchenko, situado en el puerto de San Remo, con un valor estimado de aproximadamente 50 millones de euros, según las mismas fuentes.
Así como una suntuosa mansión del siglo XVII, la villa Lazzareschi, situada en las colinas de Capannori, cerca de Lucca (Toscana, centro) y que fue adquirida en 2018 por tres millones de euros por el empresario ruso Oleg Savchenko.
La nave requisada ahora, la de Melnichenko, nacido en la Bielorrusia soviética, es el yate a vela más grande del planeta y fue bautizado como SY A (Sea Yatch Aleksandra), en honor a su esposa, la modelo Aleksandra Kokotovic.
De estilo moderno, fue diseñado por el arquitecto Philippe Starck y cuenta con mástiles que rozan los 100 metros de altura y que son capaces de soportar 3.700 metros cuadrados de superficie vélica. El armador, además, dispone de un minisubmarino para adentrarse en las profundidades
La nave tiene ocho pisos, una pista de aterrizaje para helicópteros en uno de sus puentes y una habitación de observación submarina. La altura de sus mástiles se ha comparado con el Big Ben de Londres.