En el conflicto de Ucrania estamos viendo drones que espían y bombardean como si fueran espíritus de un bosque, satélites que siempre permanecen en la retaguardia de los ejércitos, e inteligencia artificial que toma decisiones como si fuesen los dioses en los cielos que responden a las plegarias de los mortales.
Ya lo dijo el biólogo estadounidense Edward O. Wilson: “El verdadero problema de la humanidad es el siguiente: tenemos emociones del paleolítico, instituciones medievales y tecnología propia de un dios. Y eso es terriblemente peligroso”.
La tecnología ha cambiado las reglas del juego. Los drones están siendo un arma de amplio uso en el conflicto, tanto desde un bando como desde el otro. En el caso de Ucrania, es sorprendente la resistencia defensiva que están otorgando estos aparatos de bajo coste que los distintos países les han donado, o los propios ciudadanos ucranianos han cedido a su ejército.
Drones que podemos encontrar en cualquier gran tienda por internet y que pueden costar entre 100 y 2 000 euros. Estas armas están resultando ser tan efectivas que la empresa que los fabrica, la china DJI, se enfrenta ante el dilema de la neutralidad, ya que sus productos están siendo empleados por ambas naciones.
Para hacerse una idea de la importancia de esta tecnología baste decir que el ministro de Transformación Digital ucraniano reprochó en Twitter a DJI de ser cómplice de las muertes de sus conciudadanos:
Pero no solo se están observando drones de uso lúdico en los cielos, sino que dada su eficacia en el conflicto, ambos ejércitos han adquirido varios modelos más.
En el bando de Kyev, al conocido dron Punisher se le ha unido un importante aliado. El pasado 4 de abril, Estados Unidos anunció el envío de una remesa de armamento defensivo muy importante para Ucrania. El envío incluía 100 drones Switchblade, una efectiva arma merodeadora capaz de volar durante largo tiempo y lanzarse como un misil contra cualquier objetivo interesante que encuentre (en este caso, tanques). La ventaja es que el lanzamiento de estos misiles se puede realizar de una manera sencilla.
Por Julián Estévez Sanz Profesor e investigador en Robótica e Inteligencia Artificial, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Fuente: The Conversation