El principal escaparate cinematográfico del mundo espera volver a la normalidad después de que la pandemia obligara a no asistir en 2020 y a reducir la edición de julio del año siguiente. Inevitablemente, la guerra que asola a Ucrania tendrá un gran peso en los procedimientos, enmarcando la conversación al igual que influyó en el programa de películas.
Este año no habrá mascarillas obligatorias, pases sanitarios, ni restricciones a la fiesta. Sin embargo, el mayor conflicto armado en el continente desde la Segunda Guerra Mundial probablemente hará que el escaparate más lujoso del cine opte por unas celebraciones inusualmente sobrias, incluso cuando celebre su jubileo de diamante.
Para el país anfitrión, Cannes supone un respiro en un año intensamente politizado, intercalado entre las elecciones presidenciales y parlamentarias, a su vez eclipsadas por la invasión rusa. Pero no faltará material político en la gran pantalla, con la guerra, la migración, las luchas feministas y la emergencia climática como temas prioritarios en la agenda de los cineastas.
Fuente: France24