La marca outdoor Patagonia Chile abrió su convocatoria para financiar proyectos que busquen proteger ecosistemas y comunidades para enfrentar los actuales conflictos planetarios debido a la crisis climática.
Desde hace más de 10 años que la marca outdoor Patagonia lleva a cabo su programa de donaciones ambientales en nuestro país (también conocido como Patagonia Grants), y este año no es la excepción. Es así como hasta el 31 de agosto se encontrarán oficialmente abiertas las postulaciones de proyectos socioambientales que busquen financiamiento.
”En Patagonia apoyamos a organizaciones ambientales que tengan foco en la acción y el compromiso con el cambio a largo plazo. Nos interesa el trabajo innovador que se hace cargo de las causas más profundas de la crisis ambiental y busca proteger tanto la naturaleza como a las comunidades afectadas”, explica Jens Benöhr, coordinador ambiental de Patagonia Chile.
Y agrega que “creemos que los proyectos que buscan proteger bosques, ríos, mares y montañas por su importancia ambiental, y a las personas que cohabitan esos lugares, o un ecosistema sagrado para los pueblos originarios, son una forma local de enfrentarse a conflictos planetarios, como la crisis climática, la pérdida de biodiversidad, el colonialismo y la contaminación de las aguas”.
Versión 2022
Desde la compañía comentan que este año se priorizarán proyectos con un enfoque interseccional. El término «ambientalismo interseccional» fue acuñado por Leah Thomas en el año 2020, y tiene un enfoque inclusivo del ambientalismo, abogando por la protección de las personas y el planeta.
“A través de este marco, creemos que la justicia social y ambiental están entrelazadas. De esta manera, el ambientalismo interseccional se enfoca en lograr la justicia climática, amplificando las voces históricamente excluidas, y abordando la educación, las políticas y el activismo ambientales con equidad, inclusión y justicia restaurativa en mente”, explica Macarena Sánchez, Directora de Marketing & Enviro de Patagonia Chile.
Por su parte, Jens agrega que “ya no podemos entender lo ambiental, sin considerar lo social. Los proyectos de conservación, educación y activismo que ignoran esta conexión nos parecen injustos e incompletos. El ambientalismo interseccional también suma a las voces históricamente excluidas, siendo un proceso de descolonización que plantea más desafíos y preguntas que respuestas, pero el cual estamos dispuestas a caminar”, finaliza.