La práctica de deporte recreativo es compatible con el uso de marcapasos o desfibriladores internos 

El Dr. Rodrigo Altamirano, cardiólogo de Clínica Las Condes, destacó que la actividad física siempre será recomendada para pacientes con problemas cardíacos, incluso aunque porten algún dispositivo en su corazón. “Para practicar deporte, habitualmente los pacientes acompañan el uso de dispositivo con una terapia farmacológica”, explicó el especialista.
Los beneficios para nuestro cuerpo que tiene la práctica de deporte o cualquier tipo de actividad física han sido ampliamente estudiados e informados en la población, aunque hay ciertos grupos de personas que parecen estar más expuestas a presentar complicaciones con el deporte, ya sea por ciertos problemas físicos o patologías de base.
Dentro de esta segunda categoría se encuentran los pacientes cardíacos, incluyendo a personas que cuentan con dispositivos en su cuerpo como marcapasos o Desfibriladores Automáticos Implantables (DAI). Sin embargo, según comentó el Dr. Rodrigo Altamirano, cardiólogo de Clínica Las Condes, contrario a la creencia general, la práctica deportiva forma parte importante del tratamiento de personas con problemas cardiológicos. 

“El deporte es una indicación médica para los pacientes cardíacos, no una prohibición. Habitualmente no prohibimos la práctica deportiva, salvo que sea una cardiopatía severa o con enfermedades cardíacas severas. En esos casos graves de pacientes hospitalizados, la práctica la comenzamos acá mismo en la clínica, a través de una terapia de rehabilitación cardiovascular bajo la supervisión de kinesiólogos en nuestro gimnasio, algo que mejora el pronóstico y la calidad de vida del paciente a largo plazo”, detalló el especialista. 

Siguiendo esa línea, el Dr. Altamirano ahondó en la importancia de saber compatibilizar el deporte con un buen tratamiento, explicando que “los pacientes acompañan el uso del dispositivo con una terapia farmacológica, como antiarrítmicos o medicamentos que son orientados a combatir la cardiopatía de base, tales como insuficiencias cardíacas o enfermedades coronarias, que son las más frecuentes”. 

El profesional de Clínica Las Condes también afirmó que las limitaciones para la práctica deportiva recreativa se dan en las primeras semanas luego de ser implantado el dispositivo. “Los cuidados que tenemos con los pacientes con marcapasos o desfibrilador, están relacionados con el proceso posoperatorio inmediato, durante las 2 semanas siguientes a la intervención. En ese período, intentamos que los pacientes no hagan actividad física intensa, que particularmente cuiden su brazo izquierdo que es donde habitualmente ubicamos los marcapasos, para que pueda cicatrizar la herida hecha debajo de la clavícula”, dijo al respecto. 

Disciplinas de mayor riesgo 

El Dr. Rodrigo Altamirano explicó que, a pesar de que es poco probable que un paciente con marcapasos o desfibrilador implantable (DAI) sufra complicaciones realizando actividad física, hay ciertos deportes particularmente más riesgosos. 

De este modo, el cardiólogo añadió que “el riesgo que corre un paciente con dispositivo al practicar deporte, está relacionado con el desplazamiento de los cables, de los electrodos que se implantan dentro del corazón. Si estos se desplazan, eso podría requerir una re-operación. Esto puede suceder con un tirón, con un movimiento del brazo izquierdo de extensión o abducción marcada (natación, gimnasia olímpica, hacer barras). Por ejemplo, con un golpe o un pelotazo en un partido de fútbol no profesional no pasa nada. Los marcapasos son resistentes ya que están hechos de titanio y los cables quedan protegidos debajo del dispositivo”. 

Por el contrario, el especialista comentó que “a los pacientes que han tenido arritmias ventriculares o cardiopatías en general, nosotros les recomendamos deporte recreacional, priorizando las disciplinas que sean de resistencia por sobre las que usen potencia o fuerza. Esta práctica siempre debe ser con intensidad moderada”.

El particular caso de Christian Eriksen 

La imagen del futbolista danés Christian Eriksen cayendo desplomado tras sufrir un paro cardíaco en un partido de la Eurocopa 2021 dio la vuelta al mundo. En ese momento se creyó que la carrera del jugador había terminado, pero contra casi todo pronóstico, solo 7 meses después de estar clínicamente muerto por algunos minutos, el deportista volvió a practicar fútbol de alto rendimiento en el Brentford de Inglaterra, esta vez con un Desfibrilador Automático Implantable (DAI) dentro de su corazón. 

Cabe recordar que han sido varios los casos de futbolistas profesionales a nivel mundial que han fallecido en pleno partido, o han sido forzados a dejar la actividad por complicaciones cardíacas.  

Los más recientes y conocidos han sido los del arquero español Iker Casillas, quien sufrió un infarto al miocardio a los 37 años en mayo del 2019, teniendo que retirarse del fútbol un año y medio después. Por otro lado, el delantero argentino Sergio Agüero tuvo que dejar la actividad profesional con tan solo 33 años tras sufrir severas arritmias el pasado 30 de octubre del 2021, manteniéndose retirado hasta la actualidad.  

El caso de Eriksen fue analizado por el Dr. Rodrigo Altamirano, quien destacó que su regreso se trata de una situación muy particular. “Habitualmente, a los deportistas de alto rendimiento que tienen estas enfermedades se les indica que no vuelvan a la práctica de deporte competitivo, pero sí de manera recreacional”, detalló el especialista. 

En ese mismo sentido, el experto de CLC apuntó a la importancia de la rápida acción de los paramédicos una vez el futbolista sufrió el paro, señalando que “el paro que no se atiende de forma rápida termina, o en daño neurológico o en muerte. Si el paciente no tuvo daño posterior importante en el corazón, o el paro no fue por un infarto masivo que deja el corazón insuficiente, podría volver a competir. Pero no es común, el caso de Eriksen es muy particular”. 

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